Es posible detectar muchas infecciones víricas respiratorias en las heces (p. ej.: el síndrome respiratorio agudo grave [SARS], el síndrome respiratorio de Oriente Medio [MERS], la gripe, los adenovirus) porque estos virus provocan una infección en el sistema gastrointestinal. Las personas también quizás ingieran el virus al tragar sus propias secreciones nasales o respiratorias (si estuvieran contagiados) o las de una persona contagiada, o al tragar elementos de un entorno contaminado, como alimentos o agua.
En la actualidad, hay datos inconcluyentes sobre si ocurre la infección del sistema gastrointestinal con el SARS-CoV-2. En varios estudios, se ha mostrado que, aparentemente, es posible que haya una infección del sistema gastrointestinal (estudio 1, estudio 2, estudio 3) y en un estudio se ha detectado material genético del SARS-CoV-2 en muestras del esófago, el estómago, el duodeno y el recto de dos pacientes con un cuadro grave de COVID-19. Los informes de síntomas gastrointestinales de pacientes con COVID-19 también indican que el virus puede infectar al sistema gastrointestinal. Hay algunos indicios de que el SARS-CoV-2 tal vez no sobreviva en las condiciones adversas que hay en el tracto gastrointestinal (en particular, en el colon), lo cual explicaría por qué solo en pocos estudios se ha detectado virus infectante en las heces. Se precisan más pruebas científicas para confirmar si la COVID-19 se transmite por la vía fecal-oral y hasta qué punto. Sin embargo, incluso si fuera posible la transmisión fecal-oral, es probable que su importancia relativa como vía de transmisión sea limitada, en comparación con la transmisión persona a persona a través de las gotitas respiratorias y las superficies.
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Notas sobre revisión académica
Redactado por: Jackie Knee
Revisado por: Tom Heath, Robert Dreibelbis, Oliver Cumming, Karin Gallandat, Kate Medlicott
Última actualización: 13/08/2020