Durante la pandemia de COVID-19, los trabajadores de saneamiento deberían ser considerados trabajadores esenciales o clave y se les debería permitir continuar con su trabajo, incluso si se implementaran restricciones a la circulación. Las precauciones relativas a la COVID-19 son necesarias para evitar el contagio de persona a persona y la transmisión a través de superficies mientras se continúa realizando esta tarea esencial. Algunos ejemplos de estas precauciones son respetar el distanciamiento físico e higienizarse las manos en momentos clave, p. ej.: después de interactuar con compañeros de trabajo y con clientes.
La OMS (Guías para el saneamiento y la salud, sección 3.4-3.6) y los CDC de los EE. UU. dan recomendaciones sobre cómo reducir los riesgos para la salud y la seguridad que corren los trabajadores de saneamiento. Se debería continuar respetando las recomendaciones a seguir durante la pandemia de COVID-19. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y las organizaciones Pan-African Association of Sanitation Actors/Centre for Affordable Water and Sanitation Technology dan algunos consejos puntuales sobre la COVID-19 para los trabajadores de saneamiento. A continuación, se brinda un resumen breve de estas recomendaciones generales y específicas sobre la COVID-19 en materia de salud y seguridad:
Capacitación y preparación del personal
Antes de comenzar a trabajar, todos los trabajadores de saneamiento deberían recibir capacitación e información sobre los siguientes temas para garantizar que el entorno laboral sea seguro:
Los riesgos para la salud de trabajar con sistemas de saneamiento y estar en contacto con desechos humanos. Los desechos humanos pueden contener varios patógenos, no solo SARS-CoV-2, y se debería concientizar a los trabajadores sobre los riesgos vinculados al contacto con los desechos humanos. Si bien no hay una vacuna contra la COVID-19 en la actualidad, los trabajadores de saneamiento deberían recibir las demás vacunas correspondientes antes de comenzar a trabajar. Las autoridades locales de salud pueden brindar asesoramiento para determinar cuáles son las vacunas necesarias.
Estrategias generales de prevención de las enfermedades. La capacitación de rutina sobre salud y seguridad podría incluir información sobre manipulación segura de los desechos humanos, controles técnicos y administrativos usados para limitar la exposición a desechos no tratados, prácticas de desinfección y limpieza de instalaciones, prácticas de higiene para trabajadores y uso correcto del equipo de protección personal. Las estrategias de prevención de enfermedades quizás varíen según el contexto y el tipo de sistemas de saneamiento más frecuentes. En todos los ámbitos, se debería capacitar a los trabajadores sobre los controles técnicos y administrativos usados para limitar la frecuencia y la duración del contacto de los trabajadores con las aguas residuales. En ámbitos donde no se puede evitar la manipulación de desechos sin tratamiento (p. ej.: en lugares donde son comunes los sistemas como las letrinas de fosa o el saneamiento a base de recipientes), también podría dar prioridad a la capacitación sobre procedimientos de manipulación segura.
Estrategias de prevención específicas para la COVID-19. Durante la pandemia de COVID-19, los planes de salud y seguridad destinados a los trabajadores de saneamiento se deberían modificar para permitir que los trabajadores se distancien físicamente de las personas a quienes sirven. Algunas modificaciones podrían ser: adaptar los turnos de trabajo o el horario de trabajo, limitar ciertas zonas para que solo accedan a ellas los trabajadores esenciales y ofrecer opciones de pago sin contacto.
Procedimientos operativos estándar de uso correcto de la maquinaria, los equipos y las herramientas. El uso correcto y eficaz de equipos adecuados puede ayudar a reducir la exposición de los trabajadores de saneamiento a los patógenos que están presentes en los desechos humanos. Se debería capacitar a los trabajadores con respecto a los protocolos de limpieza y desinfección seguras de los equipos. Durante la pandemia de COVID-19, es posible incrementar la frecuencia de limpieza de las superficies de alto contacto con el objetivo de limitar la potencial transmisión a través de las superficies.
Equipo de protección personal
Los trabajadores siempre deberían usar un equipo de protección personal (EPP) adecuado, lo cual incluye: guantes impermeables para trabajo pesado, gafas o protector facial, mascarilla, botas de goma y protectores (mamelucos) hidrófugos para la ropa. Durante la pandemia de COVID-19, la OPS recomienda que los trabajadores de saneamiento expuestos a los procesos generadores de aerosoles, como ciertos procesos de limpieza realizados en centros de tratamiento, usen mascarillas de protección respiratoria N95 (para ver más información, consulte la sección "¿Qué son las mascarillas de protección respiratoria N95 y quiénes deberían usar una?"). Es posible que ciertos otros procesos llevados a cabo por los trabajadores de saneamiento, como el vaciado mecánico de sistemas in situ, generen aerosoles. Según la disponibilidad, tal vez sea adecuado usar una mascarilla de protección respiratoria N95 durante esos procesos. La siguiente infografía elaborada por las organizaciones Pan-African Association of Sanitation Actors y CAWST ilustra el uso correcto del EPP durante las tareas de saneamiento.
Fuente: CAWST
La ropa de trabajo y el EPP se debería quitar con cuidado y descontaminar inmediatamente después de su uso o almacenar en una bolsa de plástico sellable hasta la descontaminación. No se debería usar en casa la ropa de trabajo sucia. Los guantes reutilizables para trabajo pesado, las botas y los mamelucos/delantales de goma se deberían limpiar con agua y jabón y descontaminar con cloro al 0,5% una vez usados. Se puede diluir la lejía doméstica o una solución de hipoclorito de sodio (concentración típica: cloro al 5%) para obtener una solución al 0,5% (1 parte de lejía y 9 partes de agua). La ropa de trabajo se debería lavar a máquina a una temperatura de 60-90°C con jabón común para ropa. Si no, la ropa de trabajo sucia se puede lavar de forma manual con agua caliente y jabón (en un recipiente grande, con un palo para revolver) y luego dejarla en remojo en una solución de cloro al 0,05% durante 30 minutos, antes de enjuagarla y secarla. Se puede diluir la lejía doméstica o una solución de hipoclorito de sodio (concentración típica: cloro al 5%) para obtener una solución al 0,05% (1 parte de lejía y 100 partes de agua). Las aguas grises usadas para la descontaminación se deberían descartar de manera segura en drenajes conectados al alcantarillado, un pozo de absorción o una fosa séptica.
Prácticas de higiene
Las estaciones de lavado de manos se deberían instalar en lugares convenientes para permitirles a los trabajadores lavarse las manos con jabón frecuentemente. Otra opción es usar alcohol en gel con una concentración de etanol al 70%.
Siempre se debería alentar a los trabajadores de saneamiento a que se laven las manos y las zonas de piel expuesta en los siguientes momentos: después de haber entrado en contacto con desechos humanos, después de haber tocado equipos utilizados para recoger desechos humanos, antes y después de colocarse el EPP, antes y después de ir al baño y antes de comer. Durante la pandemia de COVID-19, los trabajadores de saneamiento también se deberían lavar las manos después de interactuar con clientes o el público, al entrar y salir de los edificios y después de haber tocado superficies de alto contacto. Consulte la infografía anterior, que ilustra estos momentos importantes para la higiene de manos y la descripción en el informe relacionado.
Al manipular los desechos, los trabajadores deberían evitar tocarse el rostro, los ojos, la nariz, la boca y toda herida abierta que tengan. Si los desechos entran en contacto con los ojos, se debería usar agua limpia para enjuagar bien los ojos. Mantener las heridas limpias y tapadas. Se podrían usar auriculares para facilitar la comunicación y evitar al mismo tiempo que las personas se toquen el rostro.
Los trabajadores nunca deberían comer, beber, fumar ni mascar chicle, tabaco ni ninguna otra sustancia mientras manipulan desechos humanos.
Los trabajadores siempre se deberían quitar la ropa de trabajo o EPP contaminados antes de comer, y se debería comer en zonas alejadas de los procedimientos de manipulación de desechos.
Otras consideraciones relativas a la salud y la seguridad
A los trabajadores también se les deberían hacer exámenes médicos y se les debería brindar atención médica y vacunación acorde al contexto.
Durante la pandemia de COVID-19, los trabajadores deberían quedarse en su casa si no se sienten bien, si tienen síntomas de COVID-19 o si una persona con quien conviven tiene síntomas de COVID-19. Si se cree que ciertos trabajadores son población de riesgo (personas mayores de 60 años o con comorbilidades), se debería considerar adaptar las tareas asignadas a estas personas o el cronograma laboral para limitar su exposición a colegas y clientes. Contar con políticas flexibles de licencia por enfermedad protegerá a los clientes, los trabajadores, los empleadores y sus familias, pues se limitará el riesgo de que haya un brote localizado y se garantizará que la mayoría de los trabajadores de saneamiento estén disponibles para continuar con su trabajo esencial.
Siempre se debería tener cuidado para no salpicar, pulverizar ni aerosolizar los desechos durante las tareas de vaciado, transporte, tratamiento y eliminación. Solo los trabajadores de saneamiento correctamente capacitados y vestidos con el EPP correspondiente deberían tener permitido el ingreso a la zona de trabajo durante los procedimientos de manipulación de desechos. En caso de derrame, limpiar y desinfectar la zona de inmediato. En caso de derrame de desechos altamente resistentes, se puede cubrir el derrame con cal antes de proceder a la limpieza y la desinfección.
Se deberían limpiar y desinfectar a diario los vehículos y los equipos usados para recolectar y transportar aguas residuales. Durante la pandemia de COVID-19, la OPS recomienda limpiar la cabina de los vehículos con agua y jabón y posteriormente desinfectar con una solución de cloro al 0,1% (1 parte de lejía de uso doméstico y 50 partes de agua) entre cada uso. Se deberían limpiar y desinfectar con frecuencia las superficies de alto contacto (el volante, las manijas de las puertas, los paneles de control, las manijas de los carros y otros equipos). Las aguas grises usadas para la limpieza y desinfección se deberían descartar de manera segura en drenajes conectados al alcantarillado, un pozo de absorción o una fosa séptica.
La protección integral para los trabajadores incluye mucho más que una lista de recomendaciones y va más allá de la pandemia de COVID-19. Para leer más información sobre la salud, la seguridad y la protección legal de los trabajadores de saneamiento, consulte este informe de la OMS.
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Notas sobre revisión académica
Redactado por: Jackie Knee
Revisado por: Kelly James, Kelly Baker
Última actualización: 06/07/2020