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¿Cómo se puede reducir la transmisión de persona a persona en las escuelas?
¿Cómo se puede reducir la transmisión de persona a persona en las escuelas?
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Escrito por Julie Watson
Actualizado hace más de 4 años

Para reducir la transmisión de persona a persona, se precisa:

A. Promover el distanciamiento físico.

B. Promover las buenas prácticas de higiene respiratoria.

C. Mejorar los hábitos de higiene de las manos.

A. Promover el distanciamiento físico

Las escuelas deberían seguir las directrices nacionales y locales sobre distanciamiento físico en las escuelas. Hay varias estrategias generales para promover el distanciamiento físico, entre ellas:

  • Colocar "empujoncitos" o señales visuales que promuevan mantener una distancia superior a 1 metro (3 pies) (o la distancia que recomiende el gobierno nacional, si fuera diferente).

  • Reducir la densidad de personas en los edificios y los campus.

  • No hacer reuniones.

  • Cerrar o restringir el acceso a los lugares de reunión.

Por ejemplo: en los lugares donde estén abiertas las escuelas, se pueden tener en cuenta las siguientes medidas como parte de estas estrategias para crear un entorno seguro:

  • Escalonar el comienzo y el fin del día escolar, a fin de que no sea necesario que todos los alumnos estén presentes al mismo tiempo.

  • Cancelar las asambleas, los juegos deportivos y otros eventos que hacen que se junten personas en un lugar.

  • Hacer los recreos por turnos, para evitar que los pasillos y las áreas de juego se llenen de personas.

  • Si fuera posible, dictar las clases en áreas abiertas, o ventilar las aulas lo más que se pueda.

  • Demarcar zonas en las áreas de juego para que los alumnos no se mezclen más de lo necesario.

  • Colocar marcas en el piso que induzcan a los niños a pararse a la distancia correcta mientras esperan para ingresar a un aula, p. ej.: pintar círculos de color con 1 metro de separación (o la distancia indicada en las directrices nacionales) en los pasillos (ver la imagen más arriba).

  • Implementar un sistema de circulación unidireccional para moverse por los edificios.

  • Hacer espacio para que los bancos de los alumnos estén a 1 metro de distancia como mínimo (o a la distancia indicada en las directrices nacionales).

  • Instalar paneles divisorios/mamparas de escritorio.

  • Reducir la proporción de alumnos por docente incrementando la cantidad de docentes, si fuera posible, para permitir que haya menos alumnos por aula (si hubiera espacio).

  • Aconsejar que las personas no se amontonen al recoger a los alumnos en la entrada de la escuela.

  • Asegurarse de que solo viaje 1 niño por asiento en los autobuses escolares y, si fuera posible, que haya una separación de al menos 1 metro entre ellos (o la distancia indicada en las directrices nacionales). Esta estrategia quizás implique incrementar la cantidad de autobuses escolares por escuela. Dejar abiertas las ventanas de los autobuses, si fuera posible.

  • Concientizar a los alumnos para que no se reúnan ni socialicen cuando salgan de la escuela ni cuando tengan tiempo libre.

Mantener el distanciamiento físico es tan importante para los adultos que trabajan en las escuelas como para los alumnos. Los docentes deben dar el ejemplo y enseñar cuáles son los hábitos correctos de distanciamiento físico.

B. Promover las buenas prácticas de higiene respiratoria

Se debería alentar a los niños a que se cubran la boca y la nariz con el pliegue del codo o con un pañuelo descartable cuando tosan o estornuden y descarten inmediatamente el pañuelo usado. Estos mensajes se deberían incorporar en los planes de estudio, junto con otras medidas generales de promoción de la higiene; consulte la sección "Compartir con los niños información sobre la COVID-19 acorde a su edad".

El uso de mascarillas o protectores faciales en las escuelas debería estar alineado con las directrices locales y nacionales. Los encargados de tomar decisiones pueden remitirse a los consejos de la OMS y UNICEF al elaborar políticas nacionales y locales sobre el uso de mascarillas/protectores faciales en niños en el contexto de la COVID-19. Los beneficios del uso de mascarilla en niños para controlar la COVID-19 deberían sopesarse contra los potenciales perjuicios de usar una mascarilla, como la viabilidad y la incomodidad, así como las preocupaciones sociales y las preocupaciones en torno de la comunicación. Al adaptar estas políticas específicamente a las escuelas, se debería tener en cuenta la mirada de los docentes y educadores con respecto a la percepción del riesgo y el tiempo que insume garantizar el cumplimiento de las políticas sobre COVID-19 en las escuelas y las aulas.

En los casos en que se recomienda el uso de mascarillas en escuelas, se debería garantizar que haya un suministro suficiente de mascarillas adecuadas para todos los niños en edad escolar y se deberían extremar las precauciones para garantizar que las mascarillas se usen de forma segura. Para leer más información sobre los tipos de mascarillas y su uso seguro, consulte la sección "Informe resumido sobre mascarillas y COVID-19". Si se recomendara el uso de mascarillas de tela, se deberían dar instrucciones específicas y los elementos necesarios para que haya disponibilidad de estas mascarillas, se manipulen y se almacenen de manera segura. Si se recomienda el uso de mascarillas médicas o desechables, será necesario implementar un sistema de gestión de residuos que incluya el descarte de mascarillas para reducir el riesgo de que las mascarillas contaminadas se desechen en las aulas y las áreas de juego.

Nótese que no se recomienda el uso de mascarilla en niños menores de 5 años. Si en las políticas nacionales o locales se recomienda una edad de corte distinta, se deberá garantizar que haya supervisión adecuada y constante, lo cual incluye la supervisión visual directa por parte de un adulto competente, y que se cumplan las medidas. Asimismo, es importante que la edad de corte para el uso de mascarillas se adapte al entorno escolar a fin de no estigmatizar ni aislar a los grupos de edades mixtas donde los niños quizás estén en extremos opuestos de la edad de corte recomendada. Por ejemplo: en situaciones donde los niños más grandes que tienen recomendado el uso de mascarilla estén en la misma clase que niños de menor edad que la edad de corte, se podría eximir a los niños más grandes de usar una mascarilla.

En ningún caso se debería exigir el uso de mascarilla en niños con deficiencia cognitiva o respiratoria que tienen dificultad para tolerarlas. En el caso de niños de cualquier edad con otros trastornos del desarrollo, discapacidades o problemas de salud específicos que pudieran interferir con el uso de una mascarilla, su uso no debería ser obligatorio y el educador o médico del niño debería evaluar la situación caso por caso. A ningún niño debería negársele el acceso a la educación por el uso o no uso de una mascarilla debido a la falta de recursos o la falta de disponibilidad de mascarillas.

El uso de mascarillas por parte de niños y adolescentes en las escuelas se debería considerar solo como una parte de la estrategia integral para limitar la propagación de la COVID-19.

C. Mejorar los hábitos de higiene de las manos

Hay varias formas de mejorar los hábitos de lavado de manos. A continuación, describimos de qué forma se puede crear un entorno favorable, cómo inducir el comportamiento de lavado de manos, cómo incorporar la promoción de la higiene en los planes de estudio y cómo crear un cronograma para el lavado frecuente de las manos.

Crear un entorno favorable: Las escuelas deben facilitar las buenas prácticas de higiene. Para eso, las escuelas deberían tener:

  • Instalaciones de lavado de manos en las que haya agua y jabón en todo momento (consulte los requisitos del Programa Conjunto de Monitoreo para ver las instalaciones básicas de lavado de manos en ámbitos escolares).

  • Instalaciones de lavado de manos que sean accesibles para todos los usuarios y que tengan en cuenta las distintas necesidades en función de la edad de los alumnos, el género y la discapacidad.

  • Agua disponible por medio de grifos instalados en el lugar, pozos perforados o recipientes que se limpien y rellenen con frecuencia.

  • Cantidad suficiente de agua segura para posibilitar las prácticas de higiene personal, entre ellas: el lavado de manos, la gestión de la higiene menstrual y la limpieza ambiental.

Debería haber estaciones de lavado de manos con agua y jabón o dispensadores de alcohol en gel (contenido de alcohol: entre 60% y 80%):

  • Cerca de todo inodoro o baño, para facilitar el lavado de manos después de ir al baño.

  • En la entrada de los comedores escolares, para poder lavarse las manos antes de comer.

  • En la puerta de las escuelas, para alentar a los alumnos a que se laven las manos con jabón al entrar y salir de la escuela.

  • En la entrada de cada aula (si fuera posible).

  • En los dormitorios (si correspondiera).

  • En los lugares donde se elaboran alimentos (si correspondiera).

Hacer cambios en el entorno para inducir el lavado de manos: Se pueden hacer cambios en el entorno físico para ayudar a los alumnos a que se acuerden de lavarse las manos e inducirlos a que lo hagan. A estos cambios los llamamos “empujoncitos” o "pistas". Esta guía de WASH in Schools Network (WinS) muestra una selección de intervenciones basadas en empujoncitos. Resumimos algunas de estas intervenciones aquí:

1. Pintar en color huellas de pies que lleven a los niños desde el baño hasta la estación de lavado de manos y huellas de manos en la estación para que se acuerden de usarla. Un estudio hecho en una escuela de Bangladés mostró que este empujoncito incrementó en 64% el lavado de manos en los niños. En un ensayo aleatorizado por grupos que se realizó posteriormente, se comparó este camino de huellas con una intervención educativa de alta intensidad y se halló que era igual de eficaz en el seguimiento que se hizo a los 5 meses.

2. Colocar la imagen de unos ojos encima de las estaciones de lavado de manos, para dar la sensación de que los demás están mirando y esperan que uno se lave las manos. En un estudio hecho en un baño público de mujeres, se halló que había un 10% más de probabilidad de que las personas se lavaran las manos en presencia de esos ojos.

3. Usar jabones con juguetes adentro para llamar la atención de los niños e incentivarlos a que se laven las manos frecuentemente con jabón para conseguir el premio. En un estudio clínico comparativo realizado en un campamento de desplazados en Irak, se halló que colocar juguetes dentro del jabón incrementaba por 4 la probabilidad de que los niños se lavaran las manos en el ámbito doméstico.

4. Colocar imágenes de gérmenes en las superficies que tocan muchas personas, como el picaporte de la puerta del baño, para generar una sensación de asco al tocarlas y así inducir a las personas a que se laven las manos.

5. Colocar espejos sobre las estaciones de lavado de manos para hacer que el lavado de manos sea más deseable y fomentar el lavado de manos más prolongado.

Fuente: WASHfunders

6. Llevar la atención a los dispensadores de jabón o las estaciones de lavado de manos usando colores llamativos.

Fuente: DEB Blog: How to teach hand hygiene at school on Global Handwashing Day by Paul Jakeway

Incluir la promoción de la higiene en los planes de estudio: Promover la higiene debería formar parte de los planes de estudio de las escuelas. El contenido debería ser sensible a la edad, el género, el origen étnico y las discapacidades. Para leer más información sobre cómo incorporar la promoción de la higiene en distintos grupos etarios (preescolar, escuela primaria y escuela secundaria), consulte más abajo la sección "Compartir con los niños información sobre la COVID-19 acorde a su edad".

Armar un cronograma para el lavado frecuente de las manos, en particular para los niños pequeños: se debería programar un horario para las sesiones de lavado de manos supervisadas por los docentes u otros miembros del personal de la escuela. Por ejemplo, se les podría pedir a los alumnos que se laven las manos cada una hora.

Para mayor información sobre estrategias de control de la COVID-19 para abrir las escuelas:

Notas sobre revisión académica:

Redactado por: Julie Watson

Revisado por: Kondwani Chidziwisano, Matthew Freeman, Linda Engel, Mohini Venkatesh, WinS Network, Sian White, Robert Dreibelbis

Última actualización: 13/07/2020

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