Para apoyar las políticas nacionales sobre realización de pruebas, seguimiento de contactos y aislamiento, las escuelas deberían estar en contacto con las autoridades de salud locales. Cuando las políticas locales así lo estipulen, la administración de las escuelas debería notificar a los funcionarios de salud los casos positivos de COVID-19 detectados en la comunidad educativa. Las escuelas deberían mantener a los padres y los docentes informados sobre las medidas que se implementan y pedir que cooperen; es necesaria la cooperación inclusiva y temprana entre las escuelas y la comunidad para desarrollar e implementar las medidas que hagan falta.
Si bien las escuelas tal vez no tengan capacidad propia de realizar pruebas, deberían hacer lo siguiente:
Alentar a los alumnos, los docentes y demás personal de la escuela que presenten síntomas clave, como tos y fiebre, a que se queden en su casa y, si fuera posible, que se realicen la prueba de detección de la COVID-19. Las escuelas podrían decidir que se haga un control de la temperatura de quienes ingresan a las instalaciones. En caso de que se detecten síntomas en horario escolar, se debería contar con un procedimiento para separar —sin estigmatizar— a los alumnos y el personal enfermo de quienes se sienten bien e informar a los padres/cuidadores y consultar con el personal sanitario/las autoridades sanitarias si fuera posible. Dependiendo de la situación, quizás sea necesario remitir a los alumnos/el personal directamente a un centro de salud o enviarlos a su casa.
Alentar a los alumnos, los docentes y demás personal de la escuela que tengan un familiar con síntomas a que se queden en su casa y, si fuera posible, que se realicen la prueba de detección de la COVID-19. Insistir en que los cuidadores deberían alertar a la escuela y las autoridades sanitarias si alguna persona que vive en el hogar ha sido diagnosticada con COVID-19 y que los niños se deberían quedar en casa durante 14 días después de la aparición de los síntomas en el paciente. Se deberían implementar políticas de asistencia flexible y ausencias por enfermedad para fomentar que los alumnos y el personal se queden en casa si están enfermos o cuidan de familiares enfermos.
Asegurarse de que los alumnos, los docentes y demás personal de la escuela que den positivos en la prueba de COVID-19 comuniquen esa información a las personas con las que estuvieron en contacto en la escuela y les recomienden que se queden en casa o se realicen la prueba de detección de la COVID-19 (si fuera posible).
Monitorear a diario el ausentismo. Si se detecta que hay más ausencias que lo habitual entre los alumnos y los docentes, informar a las autoridades sanitarias de inmediato.
Las directrices se deberían comunicar con claridad a los niños y los miembros de las familias en la lengua local, incluso con imágenes si el nivel de alfabetización fuera bajo.
Para mayor información sobre estrategias de control de la COVID-19 para abrir las escuelas:
Notas sobre revisión académica:
Redactado por: Julie Watson
Revisado por: Kondwani Chidziwisano, Matthew Freeman, Linda Engel, Mohini Venkatesh, WinS Network, Sian White, Robert Dreibelbis
Última actualización: 26/5/2020