Se considera que las observaciones estructuradas son la mejor forma de evaluar el lavado de manos. En las observaciones estructuradas de los hábitos domésticos de lavado de manos, se requiere que haya un observador presente en el hogar durante varias horas (en general, entre 3 y 7 horas), en el momento en el que es más probable que tenga lugar el comportamiento deseado. El observador toma nota de:
Las potenciales oportunidades para lavarse las manos (p. ej.: antes de comer).
Si la persona en cuestión se lava las manos en esos momentos o no.
Si la persona en cuestión usa algún agente limpiador (p. ej.: jabón o ceniza) o no.
Los resultados de la observación se resumen calculando cuántas veces la persona se lavó las manos con jabón en función de todas las oportunidades que tuvo para lavárselas. En este documento, se describe paso a paso el proceso para hacer una observación.
Ventajas de las observaciones estructuradas:
Permiten observar el comportamiento de las personas a lo largo del día en lugar de depender de lo que dicen que hacen.
Brindan la oportunidad de recolectar datos sobre varias personas a la vez.
Permiten entender de qué manera encaja el comportamiento en la rutina diaria general.
Permiten recolectar información sobre la frecuencia de lavado de manos y, además, su minuciosidad (técnica, duración, productos usados, etc.).
Desventajas de las observaciones estructuradas:
La presencia de un observador quizás modifique el comportamiento de los participantes, p. ej.: tal vez tengan mejores prácticas de lavado de manos porque saben que es un hábito deseable socialmente. Por lo tanto, es fundamental que los participantes no sepan que la observación se centra específicamente en el lavado de manos. Al comunicar los detalles del estudio a los participantes (p. ej.: durante el proceso de consentimiento informado), el recolector de datos debería explicar que el objetivo de las observaciones es reunir información sobre la rutina diaria y otras prácticas domésticas.
Las observaciones estructuradas son trabajosas y llevan tiempo. Exigen que los observadores estén bien capacitados y, en general, un observador solo puede recopilar datos de un solo hogar por día, según el momento del día y la duración de la observación. En un programa de gran envergadura, quizás sea adecuado recolectar datos por otros medios y solo realizar observaciones en un subconjunto de hogares y triangular los datos de todas las fuentes.
En algunos lugares, las familias ampliadas viven en complejos habitacionales grandes que tienen varios edificios. Esta situación puede dificultar la tarea de observar todas las oportunidades de lavarse las manos que tienen todos los miembros de la familia. Los observadores deben saber cuál es la persona cuyo comportamiento es más importante documentar. Tal vez se deban desarrollar criterios para determinar si es necesario enviar más de un observador por familia.
Los participantes quizás se sientan incómodos con la idea de que haya un extraño en su casa. Esta sensación se puede reducir al mínimo teniendo observadoras jóvenes, que en la mayoría de las culturas son vistas como menos amenazantes o prejuiciosas. Las decisiones en torno de a quién contratar se deberían tomar teniendo en cuenta el contexto y la seguridad de los encuestadores debería ser primordial.
Durante el brote de COVID-19, quizás no se puedan hacer observaciones estructuradas si hay restricciones a la circulación. Asimismo, pasar mucho tiempo dentro de una vivienda podría hacer que los miembros del personal y de la comunidad corran riesgo de contagiarse.
La aceptabilidad de este método de recolección de datos quizás también sea baja en la comunidad en este momento dado el temor a la COVID-19 que sienten las personas.
Recomendaciones relativas al uso de este método durante el brote de COVID-19
Debido al riesgo de contagio que implica tener observadores durante mucho tiempo dentro de una vivienda, no se recomienda usar observaciones estructuradas domiciliarias como parte del diseño de programas de respuesta a la COVID-19 hasta que en las directrices nacionales se permita el ingreso a la casa de otras personas. En esos casos, será importante asegurarse que los observadores puedan viajar de modo seguro a los lugares donde se recolectarán los datos, que tengan los elementos de protección correspondientes (p. ej.: mascarillas), que se mantengan a una distancia segura de los miembros de la familia durante la observación y que no consuman alimentos ni bebidas que les ofrezcan durante el período de observación.
Nótese que, como alternativa o complemento a las observaciones domiciliarias, quizás sea posible hacer observaciones estructuradas en instalaciones públicas de lavado de manos.
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Notas sobre revisión académica
Redactado por: Fiona Majorin y Julie Watson
Revisado por: Deepak Saxena, Katie Greenland, Hans Mosler, Dr Robina Shaheen
Última actualización: 11/06/2020