Ir al contenido principal
Todas las coleccionesDiseño de programas inclusivos para la COVID-19 Preguntas frecuentes: Personas con discapacidad
¿Cómo podemos asegurarnos de que se incluya a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general, las personas adultas mayores con discapacidad y sus cuidadores en todos los programas de promoción de la higiene para la COVID-19?
¿Cómo podemos asegurarnos de que se incluya a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general, las personas adultas mayores con discapacidad y sus cuidadores en todos los programas de promoción de la higiene para la COVID-19?
Jane Wilbur avatar
Escrito por Jane Wilbur
Actualizado hace más de 4 años

Incluir a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad es responsabilidad de todos y exige que las familias, las comunidades, los gobiernos, los trabajadores de salud y las organizaciones que participan de la respuesta a la COVID-19 tomen medidas. En general, incluir a estos grupos de personas requiere un enfoque de dos vías para su incorporación y segmentación. Este punto se explica más en detalle en el siguiente diagrama, que se centra en las personas con discapacidad pero también aplica para las personas adultas mayores:

Fuente: DFID

La Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, los Centros de los EE. UU. para el Control y Prevención de Enfermedades y HelpAge International han elaborado guías sobre cómo incluir a las personas con discapacidad y a las personas adultas mayores en los programas de respuesta a la COVID-19. A continuación, resumimos estas ideas y explicamos de qué forma se pueden aplicar específicamente a los programas de higiene.

1. Piense en la discapacidad y el envejecimiento al diseñar los programas de respuesta a la COVID-19 y dótelos de todos los recursos. Asegúrese de que en los presupuestos se asignen recursos para el desarrollo de las capacidades del personal en materia de inclusión de las personas con discapacidad y las personas adultas mayores, y también recursos para todas las actividades de las políticas y los programas relacionados.

2. Haga una evaluación rápida de las barreras y las dificultades relacionadas con el WASH que tienen las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general, las personas adultas mayores con discapacidad y sus cuidadores durante la pandemia de COVID-19. WaterAid ha elaborado una guía paso a paso sobre cómo hacer esto. Use la herramienta de demostración del lavado de manos de Wash’Em para explorar rápidamente los hábitos actuales en materia de lavado de manos y las barreras que obstaculizan la práctica del lavado de manos en estos grupos de personas. Se puede usar la auditoría de accesibilidad de WEDC para incorporar a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad en el diseño de infraestructura inclusiva. Hay guías para personas que realizan tareas no remuneradas de cuidado de amigos o familiares, consejos para cuidadores familiares durante la pandemia de COVID-19 e información sobre cómo asistir a las personas a distancia.

3. Identifique formas de lograr que las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad y sus cuidadores participen en todas las etapas de los programas sobre COVID-19, desde la planificación hasta la evaluación. Trabaje con los líderes comunitarios y los proveedores de servicios para identificar a las familias que tengan personas con discapacidad, personas adultas mayores en general y personas adultas mayores con discapacidad. Vincularse eficazmente con las personas con discapacidad exige que las organizaciones implementadoras recuerden que no todas las discapacidades son visibles y que es posible que sea difícil identificar a algunas personas con discapacidad porque ellas pasan la mayor parte del tiempo en su casa. Los programas deben buscar activamente incluir a las personas con distintas deficiencias, edades y géneros, y a sus cuidadores, porque las necesidades de estas personas no serán homogéneas. Es importante que continúe vinculándose con las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad a lo largo de las etapas de planificación, evaluación rápida, diseño, implementación, monitoreo y evaluación de su programa. Esta tarea es importante porque, incluso cuando se diseñan los programas teniendo la inclusión en mente, pueden surgir inconvenientes durante la ejecución.

4. Consulte con organizaciones de personas con discapacidad, proveedores de servicios para personas con discapacidad y asociaciones de personas adultas mayores durante la pandemia de COVID-19 y trabaje conjuntamente con estas entidades. En la mayoría de los países, hay organizaciones de personas con discapacidad. Cuando los proveedores de servicios para personas con discapacidad trabajan con estas organizaciones y con las asociaciones de personas adultas mayores, pueden ayudar a aportar información a cada etapa del programa para garantizar que sea inclusivo. Es posible que haya personas clave de estas organizaciones que sean capaces de continuar trabajando con las personas con discapacidad y vinculándose con ellas cuando las organizaciones no puedan hacerlo. Sin embargo, tenga en cuenta que estas organizaciones quizás estén tapadas de pedidos de asistencia y asesoramiento sobre la respuesta a la COVID-19. Las organizaciones de personas con discapacidad y las asociaciones de personas adultas mayores suelen tener recursos y capacidades limitados, por lo cual es fundamental contribuir con los gastos básicos, lo cual incluye los gastos generales, las actividades de desarrollo de capacidades y desarrollo organizativo, y financiar las actividades conjuntas. Asegúrese de tener en cuenta a quiénes representan las organizaciones de personas con discapacidad y asegúrese de que todos los grupos y géneros con deficiencias estén representados. Por ejemplo: algunas organizaciones de personas con discapacidad son organizaciones coordinadoras para muchos grupos de deficiencias, mientras que otras se centran en grupos con deficiencias específicas.

5. Asista a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general, las personas adultas mayores con discapacidad y a sus cuidadores para posibilitar que tomen las medidas de protección contra la COVID-19. Esta asistencia puede incluir darles a las familias que tienen una persona con discapacidad y a las personas adultas mayores más productos de higiene (p. ej.: más jabón o productos de limpieza), artículos de limpieza específicos para sus necesidades (p. ej.: productos para la incontinencia y artículos de higiene menstrual) y artículos para brindar atención al final de la vida. Asegúrese de que estos elementos también les lleguen a las personas de las residencias geriátricas y los centros asistenciales. Asimismo, es posible que las familias que tengan una persona con discapacidad o las personas adultas mayores necesiten mayor acceso al agua que otras familias para mantener la higiene y que estén en posición más desfavorable para costear o recolectar el agua. Estas familias tal vez necesiten también asistencia en materia de vivienda, para que puedan cumplir con el distanciamiento social. Estas tareas de asistencia se pueden llevar a cabo directamente, pero deberían hacerse en colaboración con las organizaciones de personas con discapacidad y las asociaciones de personas adultas mayores o mediante derivación a proveedores de servicios para personas con discapacidad. También hay guías y recursos para ayudar a las personas con deficiencias intelectuales y cognitivas a entender qué es la COVID-19 y cómo prevenir el contagio y para los cuidadores que las acompañan.

6. Dé consejos sobre cómo mantener limpios los productos de asistencia y las estructuras de apoyo. Las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad tal vez necesiten sujetarse de estructuras de apoyo (p. ej.: barandillas) para usar las instalaciones de WASH y de otro tipo. En las casas, es posible que las personas hayan construido estructuras de apoyo en madera, que es un material más económico que el metal, pero más difícil de limpiar. Aliente a las personas a pintar o barnizar la madera, para que sea más fácil de limpiar y, por ende, más higiénica. Es posible que estos grupos de personas usen también productos de asistencia, como bastones, sillas de ruedas, muletas y ayudas de comunicación. Estas superficies se pueden contaminar con facilidad y se deben limpiar frecuentemente con agua y jabón para evitar que se propague el virus. Aquí se dan más consejos para usuarios de sillas de ruedas. Después de limpiar los productos de asistencia, las personas deberían lavarse las manos con jabón. Dichos elementos se deberían limpiar en estos momentos: al entrar o salir del hogar, después de haber entrado en contacto con alguien fuera del hogar, después de haber tocado superficies al estar fuera del hogar (p. ej.: picaportes, barandillas, dinero, etc.) y después de estar en lugares públicos. Se debe concientizar a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general, las personas adultas mayores con discapacidad y sus cuidadores sobre lo mencionado anteriormente. Para las instalaciones de WASH de lugares públicos, se debe incluir en los programas el financiamiento de la operación y el funcionamiento de dichas instalaciones y deberían fijar procesos para la limpieza frecuente de las superficies y las barandillas. Para ver más información, consulte nuestra guía sobre limpieza y desinfección.

7. Haga que todas las instalaciones y los servicios de WASH, incluidas las estaciones de lavado de manos, sean accesibles. Si las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad desean lavarse las manos, pero no llegan al lavabo ni a accionar el mecanismo de la estación de lavado de manos, quizás tengan que esforzarse mucho para ir a un lugar que tenga agua y jabón accesibles (contaminando todo a su paso) o quizás se vean obligadas a no lavarse las manos. Hay varios recursos que documentan cómo hacer que las instalaciones de lavado de manos sean más inclusivas. Entre ellos, el Compendio de tecnologías de WASH accesibles y el Compendio de IDS sobre tecnologías de lavado de manos para entornos de bajos recursos. Haga auditorías de accesibilidad y de seguridad de las instalaciones de WASH existentes y nuevas, para garantizar que todas las personas puedan usarlas. Asegúrese de que puedan participar todas las personas con distintas deficiencias, edades y géneros, y sus cuidadores. Hay auditorías de accesibilidad y de seguridad para puntos de suministro de agua, letrinas, letrinas escolares, instalaciones de gestión de la higiene menstrual y centros de salud.

8. Durante la crisis de la COVID-19, se alienta a las personas a que laven la ropa y se bañen con más frecuencia, por lo cual se necesitan instalaciones accesibles para bañarse. El Compendio de tecnologías de WASH accesibles incluye diseños de este tipo de instalaciones accesibles. Además, ayude a las personas con discapacidad, a las personas adultas mayores en general, a las personas adultas mayores con discapacidad y a sus cuidadores a que accedan a dispositivos de asistencia, como dispositivos elevadores, por medio de proveedores de servicios para personas con discapacidad y asociaciones de personas mayores adultas, si los hubiera. Los dispositivos elevadores que se pueden fabricar localmente y a bajo costo están incluidos en las guías de CBM sobre asistencia para la higiene en el hogar de las personas con discapacidad.

9. Aplique la perspectiva de género a los programas de respuesta a la COVID-19 que incluyen a las personas con discapacidad y a las personas adultas mayores. Es fundamental que todos los esfuerzos por incluir a estos grupos de personas tengan perspectiva de género porque el WASH es una cuestión relacionada con el género. Las mujeres y las niñas también tienen necesidades específicas de WASH, p. ej.: necesidades relacionadas con la salud materna, menstrual o menopáusica. Las mujeres y las niñas de las familias suelen asistir a las personas con discapacidad y a las personas adultas mayores. En Bazar de Cox (Bangladés), el 41% de las personas adultas mayores que participaron en la evaluación rápida realizada por HelpAge informaron que había falta de privacidad en las instalaciones de WASH y esta problemática generó aún más preocupación en hombres mayores que en mujeres mayores. Para ver más información sobre cómo tener en cuenta las cuestiones de género en los programas de respuesta a la COVID-19, lea nuestro documento de consulta sobre este tema.

10. Asegúrese de que la comunicación sobre la COVID-19 y los procesos de ejecución de los programas sobre esta enfermedad lleguen a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad, y sean accesibles. Es fundamental que los mensajes no aumenten de forma involuntaria la estigmatización ni la discriminación de las personas con discapacidad y las personas adultas mayores. Los enfoques para abordar la higiene, como el lavado de manos con agua y jabón, hacen hincapié en que las personas modifiquen sus hábitos. Si las personas no cambian o no pueden cambiar sus hábitos, la situación puede hacer que los demás culpen a estas personas y se enojen con ellas, y estos sentimientos se pueden exacerbar durante un brote epidémico. Así como se debe garantizar que todos puedan acceder a las instalaciones de WASH, todos los mensajes sobre cambio de hábitos de higiene deben hacer referencia a apoyarse mutuamente. La Guía para diseñar respuestas empoderadoras e inclusivas para la COVID-19 y el WASH elaborada por WaterAid incluye qué cosas hacer y no hacer para integrar los principios de igualdad y no discriminación en los mensajes. En la siguiente tabla, tomamos algunos de estos puntos sobre inclusión de las personas con discapacidad y agregamos otros. La aplicación Humanitarian Hands on Tool (HHoT) creada por CBM es una guía paso a paso sobre trabajo de campo humanitario inclusivo. Las tarjetas sobre COVID-19 incluyen la comunicación, el lavado de manos y la higiene. En este video corto, se hace un resumen de la aplicación HHoT. UNICEF también tiene guías y da consejos sobre cómo comunicarse de modo accesible.

Cómo hacer que los mensajes sobre higiene y cambio de hábitos sean inclusivos con respecto a la discapacidad y la tercera edad:

SÍ: Estructurar los mensajes de una forma que fomente el espíritu comunitario y la acción colectiva; usar palabras como "nosotros", "juntos".

NO: Centrarse solamente en los mensajes individualistas, que refuerzan las respuestas y las acciones individualistas.

NO: Usar desencadenantes emocionales, como la vergüenza, la culpa o el miedo: somos responsables de no fomentar aún más la histeria ni la culpa.

NO: Usar lenguaje negativo.

SÍ: En los materiales de comunicación, mostrar a mujeres, hombres, niñas y niños con distintas deficiencias y de distintas edades como parte de los grupos y actividades de la comunidad.

NO: Meramente incluir ilustraciones de personas con discapacidades físicas; elaborar materiales de comunicación que muestren a personas con distintas deficiencias.

SÍ: Mostrar a las personas con discapacidad y a las personas adultas mayores ayudando a los demás o interactuando con otras personas.

NO: Excluir a las personas con discapacidad y las personas adultas mayores de las ilustraciones de grupos de personas.

SÍ: Cuestionar lasdesigualdades entre los géneros mostrando hombres y niños que ayudan a las personas con discapacidad.

NO: Dirigir los mensajes o la responsabilidad por el "cambio de hábitos" a un grupo de personas (p. ej.: mujeres, niñas, madres); en cambio, referirse a que los padres, las familias, los familiares y los cuidadores profesionales ayudan a las personas con discapacidad.

SÍ: Reconocer las necesidades diversas de las personas que tienen distintas deficiencias y de sus cuidadores y dar respuesta a esas necesidades.

SÍ: Mostrar diversas instalaciones de lavado de manos que reflejen las circunstancias locales pero estén adaptadas a una variedad de necesidades.

NO: Usar enfoques homogeneizadores que plantean que todas las personas pueden cambiar de hábitos sin ninguna adaptación específica.

SÍ: Adaptar a los cuidadores de las personas con discapacidad los mensajes relacionados con la importancia de ayudar a estas personas a mantener la higiene de las manos y la higiene personal, lo cual incluye la gestión de la higiene menstrual, el manejo de la incontinencia y la limpieza de los dispositivos de asistencia utilizados.

SÍ: Usar o promover las guías y los recursos destinados a los cuidadores que asisten a las personas con discapacidad de aprendizaje, Alzheimer y autismo durante la crisis de la COVID-19.

SÍ: Promover las redes de apoyo social para los cuidadores (si las hubiera) o ayudar a las organizaciones de personas con discapacidad y las asociaciones de personas adultas mayores a que las creen.

NO: Olvidar que los cuidadores son un grupo importante que necesita apoyo e información sobre cómo asistir a otra persona para que esta pueda mantener su higiene personal de la manera más independiente posible y que, al mismo tiempo, deben asegurarse de estar protegidos apropiadamente.

SÍ: Dar información que sea accesible. Para eso, hacer lo siguiente:

  • Crear materiales que sean visuales, con poco texto y que usen palabras simples en el idioma local.

  • Usar un tamaño de letra grande, imágenes y texto de alto contraste (adecuados para personas que tienen deficiencias para diferenciar los colores) e imprimir los materiales en papel de acabado mate.

  • Usar lenguaje de señas, formatos de lectura fácil, lenguaje sencillo, audio, braille, subtítulos, comunicación aumentativa y alternativa.

  • Hacer que la información sea sencilla y repetirla. Usar materiales entregables para reforzar los mensajes destinados a las personas que tienen discapacidad intelectual o cognitiva.

  • Asegurarse de que todos los que participan de la respuesta a la COVID-19, incluidos los cuidadores y los trabajadores de salud de la comunidad, estén capacitados en comunicarse eficazmente con las personas con discapacidad y las personas adultas mayores.

NO: Depender únicamente de las soluciones de tecnología avanzada para comunicar mensajes. No todos tienen Internet o un teléfono celular y quizás no todos puedan acceder a estas tecnologías.

SÍ: Como parte del enfoque "No hacer daño", evaluar los riesgos antes de la campaña y a lo largo de esta para:

  • Monitorear las reacciones negativas en las redes sociales, como los comentarios despectivos sobre las personas con discapacidad y las personas adultas mayores.

  • Eliminar los mensajes negativos y responder a ellos y luego educar sobre el tema.

  • Verificar que los mensajes no potencien ni culpen a un grupo (o si el público los interpreta así).

  • Desarrollar mecanismos seguros y receptivos para recibir comentarios y quejas de las personas con discapacidad y las personas adultas mayores.

NO: Condenar al ostracismo a las personas ni a partes de la población o promover que se las condene públicamente. Hacer eso podría fomentar las tácticas de vigilancia o las reacciones negativas.

NO: Usar los términos "víctima", "infectar" y "transmitir a otras personas".

11. Si se llevan a cabo actividades presenciales en las comunidades, asegúrese de que los programas incluyan a las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general, las personas adultas mayores con discapacidad y sus cuidadores. En muchos contextos, las actividades presenciales se están manteniendo al mínimo. Sin embargo, si usted ha evaluado los riesgos en su contexto y ha prestado atención a garantizar que la participación sea segura y no represente ningún riesgo extra de contraer COVID-19 para estos grupos, hay varias formas simples de hacer que los programas sean inclusivos. En principio, no suponga que, si las personas con discapacidad y las personas adultas mayores no van a asistir ni participar de la promoción de la higiene, es porque no están interesadas. Quizás haya varias barreras que les impidan participar y es importante entenderlas. Al comenzar el trabajo en una comunidad, trabaje con los líderes locales y las organizaciones de personas con discapacidad y las asociaciones de personas adultas mayores para informarles cuál es el programa propuesto y conseguir que lo ayuden a identificar a las personas con discapacidad y las personas adultas mayores de la comunidad. Si se están haciendo eventos pequeños manteniendo el distanciamiento físico, estos eventos deberían hacerse cerca de donde viven las personas con discapacidad o las personas adultas mayores. En estas reuniones, se debería alentar a las personas con discapacidad, a las personas adultas mayores en general y a las personas adultas mayores con discapacidad a que se sienten en el frente. Si las personas deben viajar para acceder a los servicios del programa (p. ej.: hasta los centros de salud o los puntos públicos de distribución), se debería coordinar que haya un medio de transporte especial para las personas con discapacidad y las personas adultas mayores. Si se crean comités de WASH, aliente activamente a las personas con discapacidad y las personas adultas mayores para que participen y, luego, ayúdelas a que puedan hacerlo de manera eficaz y segura. Haga otras visitas de seguimiento a las familias que tienen personas con discapacidad y personas adultas mayores, ya que puede ocurrir que no siempre se sientan cómodas para hacer preguntas o hablar sobre sus necesidades de WASH frente a otros. Si los promotores de la higiene están haciendo visitas domiciliarias, asegúrese de que hagan esta simple pregunta: "¿Todos los miembros de la familia son capaces de usar estas instalaciones de lavado de manos con comodidad?". Use esta pregunta para iniciar una conversación y aliente a las personas a adaptar las instalaciones para que sean más inclusivas.

12. Promueva la inclusión de las personas con discapacidad y las personas adultas mayores en los servicios de atención médica. Hacer eso incluye concientizar al personal sobre las discapacidades y el envejecimiento, la necesidad de prestar servicios de atención médica sin discriminar, cómo comunicarse eficazmente con las personas que tienen distintas deficiencias y garantizar que las instalaciones de WASH sean accesibles en los centros de salud.

13. Ante los gobiernos y otras organizaciones, abogar por que se incorporen medidas de inclusión de las personas con discapacidad y las personas adultas mayores en las políticas de higiene, los planes de implementación y las estrategias. Este proceso de incidencia y desarrollo de políticas debería incluir de forma significativa en el proceso a las personas con discapacidad y las personas adultas mayores o las asociaciones.

14. Ríjase por los datos científicos. Aprenda de otras epidemias y registre las experiencias que tuvo su organización al diseñar programas inclusivos como parte de la respuesta a la COVID-19. Recolecte datos sobre género, discapacidad y tercera edad. Estos datos podrían ser cualitativos o cuantitativos. DFAT, DFID y otros donantes recomiendan incorporar la lista breve de preguntas de Washington Group en la recolección rutinaria de datos, a fin de desglosar los datos sobre discapacidad. Recolecte datos sobre sexo y edad usando grupos de 10 años (50-59, 60-69, 70-79, 80+). Aplicar una metodología de desagregación de datos por sexo y edad para garantizar que las actividades de WASH sean adecuadas y estén dirigidas a satisfacer las necesidades de las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad en contextos humanitarios.

¿Desea leer más información sobre cómo considerar las discapacidades y el envejecimiento en los programas de higiene para la COVID-19?

Notas sobre revisión académica:

Redactado por: Jane Wilbur

Primera revisión: Hannah Kuper, Islay Mactaggart, Sian White, Chelsea Huggett

Segunda revisión: Bethany Caruso, Diana Hiscock, Islay Mactaggart

Última actualización: 08/09/2020

¿Ha quedado contestada tu pregunta?