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Preguntas frecuentes: Personas con discapacidad
¿A qué barreras específicas podrían enfrentarse las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad en relación con el lavado de manos?
¿A qué barreras específicas podrían enfrentarse las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad en relación con el lavado de manos?
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Escrito por Jane Wilbur
Actualizado hace más de una semana

El lavado de manos continúa siendo uno de los hábitos más importantes para interrumpir la cadena de transmisión de la COVID-19. A continuación, describimos dificultades con las que quizás se enfrenten las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad al lavarse las manos o participar en programas de promoción del lavado de manos:

  • Mayor necesidad de lavarse las manos: En lugares donde las personas no tienen acceso suficiente a productos de asistencia, como muletas o sillas de ruedas, es posible que las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad tengan que tocar el suelo o las superficies para trasladarse y, por lo tanto, deban lavarse las manos con agua y jabón con más frecuencia. Cuando sí hay disponibles productos de asistencia, como muletas o sillas de ruedas, estos elementos pueden suponer riesgo de contaminación, dado que inmediatamente después de lavarse las manos con jabón, las personas deben tocar un producto que tal vez no esté limpio.

  • Limitaciones relacionadas con las deficiencias: Las personas con deficiencias físicas podrían tener dificultad para frotarse bien las manos. Las personas con deficiencias intelectuales y cognitivas, como la demencia, quizás no recuerden cuándo, cómo ni por qué deberían lavarse las manos ni reconozcan la importancia que tiene el lavado de manos en la reducción de riesgos.

  • Asistencia limitada por parte de los cuidadores: Es posible que las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad dependan de cuidadores que los ayuden a practicar el lavado frecuente de manos. En algunos casos, los cuidadores tal vez no prioricen las necesidades de la persona. En otros casos, los cuidadores brindan asistencia limitada porque no tienen información sobre cómo atender las necesidades de WASH de otras personas y quizás no reciben el apoyo social ni el asesoramiento necesarios para ello. Asimismo, hay pruebas científicas obtenidas en Zimbabue, India, Tanzania, Camboya y Uganda que muestran que las personas adultas mayores también cuidan a otras personas durante la pandemia de COVID-19.

  • Infraestructura de lavado de manos inaccesible: Las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad quizás sean menos capaces de recolectar, transportar o verter agua de forma independiente (lo cual hace que tengan menos cantidad de agua disponible para lavarse las manos) y pueden tener más dificultades para llegar al jabón o usar las instalaciones estándar de lavado de manos. Estas brechas pueden ser más profundas durante los brotes epidémicos, dado que las instalaciones de lavado de manos suelen ampliarse con rapidez. Esta situación se observó, por ejemplo, en Sierra Leona durante la crisis del Ébola, donde las personas con discapacidad informaron no tener acceso a un inodoro ni una fuente de suministro de agua. Durante la pandemia de COVID-19, desde un 31% hasta un 62% de las personas adultas mayores de Zimbabue, Irak, Uganda, Tanzania, Ruanda, India y Etiopía informaron que no había suficientes instalaciones de WASH. A muchos les preocupaba que las instalaciones existentes estuvieran contaminadas y que no podrían acceder a ellas durante el confinamiento.

  • Información o programas de promoción de la higiene inaccesibles: A las personas con deficiencias sensoriales o intelectuales —incluidas las personas adultas mayores con deficiencia visual— quizás les resulte más difícil leer o comprender los materiales de promoción de la higiene. Generalmente, en las respuestas humanitarias es poco común ver que estos materiales de difusión tengan un diseño accesible. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, un 46% de las personas adultas mayores de Zimbabue tuvieron dificultades para acceder a información relacionada con la COVID-19, mientras que muchas personas adultas con discapacidad de Camboya informaron obstáculos importantes. Los resultados fueron similares en Uganda, pero las personas adultas mayores con discapacidad tuvieron más obstáculos, y también las mujeres mayores en comparación a los hombres.

  • Es más probable también que las personas con discapacidad, las personas adultas mayores en general y las personas adultas mayores con discapacidad se queden en su casa mientras otros miembros de la familia asisten a eventos de promoción de la higiene o de distribución de kits. Suelen haber barreras físicas y sociales que contribuyen a que ocurra eso.

¿Desea leer más información sobre cómo considerar las discapacidades y el envejecimiento en los programas de higiene para la COVID-19?

Notas sobre revisión académica:

Redactado por: Jane Wilbur

Primera revisión: Hannah Kuper, Islay Mactaggart, Sian White, Chelsea Huggett

Segunda revisión: Bethany Caruso, Diana Hiscock, Islay Mactaggart

Última actualización: 08/09/2020

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