Las superficies se pueden contaminar con SARS-CoV-2 cuando una persona que porta el virus (que puede o no tener síntomas de COVID-19) lo libera al ambiente cuando, por ejemplo: tose, estornuda, vomita o defeca.
En ámbitos sanitarios, se halló material genético del SARS-CoV-2 en un 8,9% de 336 superficies analizadas, en su mayoría camas individuales, en un estudio multicéntrico llevado a cabo en Inglaterra. En otro estudio (no publicado al 18 de diciembre de 2020), un 13,1% de las superficies hospitalarias analizadas (en su mayoría, superficies que están en contacto directo con los pacientes) dieron positivo al analizar la presencia de material genético del virus. En una sala de aislamiento ocupada por un paciente con COVID-19 en Singapur, se informó que se detectó material genético del SARS-CoV-2 en un 87% de las 15 superficies de la sala (lo cual incluye las barandillas de las camas y las ventanas) antes de la limpieza. En el mismo estudio, se halló material genético del SARS-CoV-2 en un 60% de las instalaciones de 5 baños (incluidos la taza del inodoro, el lavabo y el picaporte de la puerta). Otros estudios arrojaron resultados similares en ámbitos sanitarios (estudio 1, estudio 2, estudio 3, estudio 4, estudio 5).
En ámbitos comunitarios, se detectaron concentraciones bajas de material genético del SARS-CoV-2 en un 8,3% de las 346 muestras tomadas de superficies de contacto frecuente en Somerville (Massachussets, Estados Unidos). Los índices de positividad más altos se hallaron en las manijas de los cestos de residuos y en los picaportes de las puertas de licorerías (estudio 6). Se calculó que el riesgo de contagio asociado era bajo. Asimismo, en otro estudio realizado en Belo Horizonte (Brasil, estudio 7), se obtuvo un resultado positivo en un 5,3% de las 933 superficies analizadas al estudiar la presencia de material genético del SARS-CoV-2. La mayoría de los resultados positivos provenían de bancos públicos de las paradas de autobús o las calles. Estos resultados son congruentes con una investigación a pequeña escala llevada a cabo en un pueblo rural de España (estudio 8).
Una revisión sistemática de los estudios sobre contaminación de superficies indicó que los laboratorios tenían la mayor proporción de superficies donde se detectó la presencia de material genético del SARS-CoV-2 (estudio 9). En todos los ámbitos, las mascarillas y los utensilios que los pacientes con COVID-19 utilizaban para comer fueron los elementos más comúnmente contaminados con el virus, seguidos por los dispositivos electrónicos (véase la tabla a continuación).
En general, si bien es posible que se transmita el SARS-CoV-2 a través de las superficies, las pruebas científicas disponibles a la fecha indican que la vía principal de transmisión de este virus es el aire (como se describe en este comentario publicado en The Lancet) y que las superficies contaminadas representan un riesgo bajo (como se aclara en este documento científico de los CDC de los EE. UU.).
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Notas sobre revisión académica
Redactado por: Karin Gallandat
Revisado por: Karen Levy, Jacqueline Knee, Sian White, Robert Dreibelbis
Última actualización: 29/07/2021