Esta sección se vale de información extraída de la guía sobre limpieza y desinfección de casas y la guía detallada sobre desinfección elaboradas por los Centros (de los EE. UU.) para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las orientaciones provisionales sobre limpieza y desinfección de las superficies del entorno inmediato en el marco de la COVID-19, la ficha técnica sobre agua, saneamiento e higiene y las orientaciones provisionales respecto a la hospitalización domiciliaria de pacientes con COVID-19 publicadas por la Organización Mundial de la Salud, además de las orientaciones provisionales sobre limpieza ambiental de instalaciones no hospitalarias expuestas al SARS-CoV-2 publicadas por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
Las personas contagiadas pueden diseminar el SARS-CoV-2 incluso si no presentan síntomas o presentan síntomas leves, y sabemos que la carga viral de los pacientes es mayor cuando los síntomas recién aparecen. Por lo tanto, es importante limpiar las superficies y los objetos incluso si pareciera que ningún miembro de la familia está enfermo. A continuación, se dan más recomendaciones por si se presentara un caso de COVID-19 en su hogar.
¿Cuál es la diferencia entre limpiar y desinfectar?
Limpiar suele referirse a eliminar físicamente la tierra y los gérmenes de una superficie, en general con agua y jabón o detergente, antes de desinfectar. Desinfectar es el proceso de inactivar (matar) los gérmenes como el SARS-CoV-2 presentes en una superficie, en general mediante el uso de sustancias químicas como el cloro (la lejía), después de limpiar.
Se recomienda limpiar y desinfectar a diario las superficies domésticas con las que se tiene contacto frecuente, como los picaportes, los interruptores de luz, los baños y las llaves de agua.
Si las superficies tienen suciedad visible, antes de la desinfección deberían limpiarse con agua y jabón/detergente común. La limpieza se debería realizar de modo sistemático, desde las áreas limpias hasta las sucias y de arriba hacia abajo. Dado que los materiales de limpieza (paños, guantes) se pueden contaminar, deberían lavarse (como se describe más adelante) o descartarse de forma segura.
¿Qué tipos de superficies hay en las casas?
Las superficies y objetos domésticos pueden ser porosos o no porosos. En la siguiente tabla se dan algunos ejemplos. Las superficies y objetos porosos tienen muchísimos orificios diminutos que permiten que pasen los líquidos, mientras que las superficies no porosas no. Debido a esta diferencia, las prácticas de limpieza y desinfección recomendadas son diferentes para las superficies porosas y no porosas.
Adaptado de: National Pesticide Information Center
La OMS recomienda detectar zonas de “alto contacto” en el hogar para desinfectarlas prioritariamente. Algunas superficies de alto contacto son las manijas de las puertas, las ventanas, las alacenas y los electrodomésticos, las superficies de la cocina y aquellas donde se elaboran alimentos, las encimeras, las superficies de los baños, los inodoros y las manijas o botones de descarga de los inodoros, las llaves de agua y los dispositivos electrónicos, como teléfonos, tabletas, teclados y mouses.
Superficies no porosas
Se pueden usar los desinfectantes que se consiguen comúnmente, como la lejía de uso doméstico, para desinfectar superficies no porosas después de haberlas limpiado. La lejía de uso doméstico suele tener un 5-6% de hipoclorito de sodio (cloro) y, antes de su uso, debería diluirse con agua limpia hasta una concentración final de al menos 0,1% de cloro (ver las instrucciones en el siguiente diagrama). Nótese que la concentración de cloro de la lejía puede variar en cada contexto; si fuera menos de 5-6%, debería ajustarse debidamente la dilución. Para ver más información sobre cómo hacer diluciones de cloro, use esta calculadora.
Las soluciones de cloro son corrosivas; nunca deberían almacenarse en recipientes metálicos y, en caso de aplicarse sobre una superficie metálica para desinfectar, enjuagar bien con agua después de la desinfección puede prevenir la corrosión. Se pueden usar desinfectantes a base de alcohol con al menos 70% de alcohol como una alternativa a la desinfección con cloro de superficies y objetos metálicos.
El cloro puede irritar la piel y los ojos. Las personas deberían recibir instrucciones para preparar las diluciones en lugares bien ventilados y evitar el contacto entre la lejía/dilución y la piel o los ojos. Aquí se resumen otras recomendaciones de seguridad relacionadas con el uso de desinfectantes químicos.
Fuente: Karin Gallandat
Para que la desinfección sea eficaz, es necesario que haya contacto suficiente entre el desinfectante y el virus, lo cual implica aplicar el desinfectante hasta cubrir por completo la superficie (visiblemente húmeda) y dejar que actúe el desinfectante —cloro al 0,1% o etanol al 70%— durante al menos 1 minuto antes de secar.
Las soluciones de cloro diluido pierden eficacia con el paso del tiempo. Se debería las preparar de cero a diario y almacenar en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa.
Superficies porosas
Las superficies porosas (como las alfombras, las cortinas o la madera) se deberían limpiar lo más seguido posible con agua tibia o caliente y jabón. De ser posible, a continuación se debería aplicar generosamente un desinfectante (cloro al 0,1% o etanol al 70%) durante al menos 1 minuto. En todo caso, después de limpiar o desinfectar, se debería dejar secar los objetos o superficies, idealmente al sol.
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) recomienda almacenar los tejidos que probablemente se contaminen (p. ej.: telas, toallas y sábanas usadas por un paciente confirmado o sospechado de COVID-19) en una bolsa de lavandería exclusiva y lavarlos por separado. Si fuera posible, se deberían usar guantes de trabajo pesado para manipular estos tejidos y se debería tener cuidado de no arrastrar la ropa sucia contra el cuerpo. Con un objeto firme y plano, se deberían raspar los restos de excremento que hubiera en la ropa para desecharlos en el inodoro usado por el paciente o en un balde con tapa para luego desechar el contenido por el inodoro si no estuviera en la habitación del paciente. Luego, se deberían lavar los tejidos a máquina en agua caliente (60oC-90oC) con jabón para ropa o remojar en agua caliente con jabón en un tambor grande y revolver con un palo. Si no hubiera agua caliente, se deberían remojar los tejidos en una solución de cloro al 0,05% durante 30 minutos y, después, enjuagarlos con agua limpia. Nótese que el cloro puede manchar de forma permanente algunos tejidos.
Se puede preparar una solución de cloro al 0,05% mezclando partes iguales de agua limpia y solución de cloro al 0,1% preparada según el procedimiento descrito anteriormente. En todo caso, con o sin desinfección, es importante asegurarse de secar al sol directo los artículos lavados.
Si nadie en la casa es paciente confirmado o sospechado de COVID-19, no es necesario usar lavarropas ni secarropas ni agua muy caliente. Se puede lavar la ropa de modo habitual.
¿Qué ocurre si las instalaciones de desinfección y lavado son limitadas?
En contextos donde haya opciones limitadas para la desinfección o lavado, secar al sol los objetos, como los utensilios de cocina, puede ayudar a matar los virus de las superficies y los objetos. La mayoría de los virus son sensibles a la luz solar y al calor, entre ellos el virus de la gripe y los coronavirus.
¿Qué podemos recomendarles a las personas que viven en refugios improvisados o casas con pisos de tierra?
Mil millones de personas viven en asentamientos informales. Asimismo, según cálculos de ACNUR, 70 millones de personas están desplazadas hoy en día y viven en casillas temporarias o improvisadas o en carpas. Mantener la limpieza en estos ámbitos es un desafío diario, dado que los pisos, las paredes y las superficies suelen ser de materiales naturales o sin acabado, como madera, barro o plástico, y la disponibilidad de elementos de limpieza y desinfección probablemente sea limitada.
En estos ámbitos, quizás sea imposible evitar por completo que se contaminen las manos con las superficies, pero lavándose las manos con jabón aún se puede impedir que las personas se contagien. Sugerimos recomendar lo siguiente:
Cuando sea posible, ver opciones para incrementar la cantidad de agua y jabón a disposición de las familias para posibilitar una limpieza húmeda más frecuente. Fomentar el lavado frecuente de las manos con jabón y recordarles a las personas que eviten tocarse el rostro. Alentar a los padres a que laven frecuentemente las manos de los niños, lo cual es importante porque es probable que los niños entren en contacto con superficies que sean difíciles de limpiar (p. ej.: pisos de tierra) y se lleven las manos a la boca.
Barrer es una práctica de limpieza muy difundida, en particular en lugares donde las casas tienen pisos de tierra. El barrido puede aerosolizar los virus del piso: al igual que el polvo, los virus pueden pasar del piso al aire (estudio 1, estudio 2). No se ha evaluado directamente el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 mediante los aerosoles generados al barrer. Como precaución, sin embargo, se debería fomentar la limpieza húmeda siempre que sea posible.
UNICEF recomienda distribuir kits de prevención y control de infecciones a familias vulnerables, que incluyan los siguientes elementos fundamentales, adaptados al contexto local: jabón o sanitizante de manos, detergente y productos a base de cloro, trapeador y balde o palangana y, si correspondiera, un balde con grifo para lavarse las manos. Para ver más información, lea nuestros recursos sobre distribución de kits de higiene para la respuesta a la COVID-19.
¿Qué pasa si alguien que vive en casa estuvo enfermo?
En las casas con casos sospechosos o confirmados de COVID-19, se pueden seguir los procesos de limpieza y desinfección descritos anteriormente con todas las superficies con las que se tiene contacto habitualmente. Si hay una persona enferma en la casa, se deberían seguir estas otras medidas de limpieza y desinfección:
Los artículos domésticos usados por el paciente, como los utensilios, los platos, la ropa de cama o las toallas, deberían limpiarse y desinfectarse por separado, sin mezclarlos con los artículos de los demás miembros de la familia y siguiendo los procedimientos descritos en la sección "¿Cómo se deberían limpiar las superficies de la casa?".
Si fuera posible, se recomienda destinar una habitación y un baño para uso exclusivo de la persona enferma. En ese caso, se debería mantener al mínimo la frecuencia de limpieza de los espacios usados por la persona enferma (p. ej.: solo limpiar las superficies sucias) para evitar el contacto innecesario con el paciente y las superficies contaminadas. Si no, se le podría dar a la persona enferma elementos de limpieza y desinfección para que ella misma limpie los espacios que usa.
Si no es posible que la persona enferma tenga un espacio exclusivo, se recomienda que la persona enferma limpie y desinfecte las superficies de la casa (p. ej.: después de cada vez que usa el baño). Si la persona enferma no puede realizar estas tareas, el cuidador debería usar una mascarilla y guantes (lea aquí consejos de uso) para limpiar y desinfectar las superficies sucias y de alto contacto.
Para más recomendaciones sobre cómo proteger a las personas vulnerables, consulte este artículo.
Resumen de recomendaciones:
Cuando sea posible, se deberían limpiar y desinfectar las superficies no porosas con lejía diluida (cloro al 0,1%) o etanol al 70%.
Las superficies porosas se deberían limpiar, lavar y orear al sol frecuentemente.
Fomentar el lavado de manos con jabón como método adicional para interrumpir la transmisión.
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Notas sobre revisión académica
Redactado por: Karin Gallandat
Revisado por: Karen Levy, Jacqueline Knee, Sian White, Robert Dreibelbis
Última actualización: 09/06/2020