El despliegue mundial de la vacuna COVID-19 ha sido decisivo para reducir la propagación del virus. Sin embargo, más allá de los problemas relacionados con la disponibilidad de la vacuna y el acceso equitativo, los desafíos en torno a la confianza en la vacunación han afectado a la aceptación de la vacuna COVID-19. Para que las campañas de vacunación tengan éxito, es fundamental hacer frente a las dudas sobre la vacuna y promover un cambio de comportamiento. Este recurso está diseñado para los actores de Agua, Saneamiento e Higiene (WASH), y otros actores de la respuesta contra el COVID-19, que han estado trabajando en programas de prevención y ahora están adaptando sus estrategias para apoyar la distribución y la aceptación de la vacuna.
Sección 1: ¿Cómo pueden los actores de la respuesta al COVID-19 desafiar las dudas sobre las vacunas y apoyar la confianza en ellas?
Los actores de WASH y otros implicados en los programas de respuesta contra el COVID-19 han sido trabajadores de primera línea durante toda la pandemia hasta la fecha, y muchos han desarrollado métodos de comunicación de confianza con las comunidades. Por lo tanto, los agentes de respuesta se encuentran en una posición única para escuchar y conocer las preocupaciones de la comunidad y fomentar su confianza en las vacunas. En esta sección se destacan algunas medidas específicas que pueden adoptarse para mitigar los conceptos erróneos y la desinformación sobre las vacunas y alentar a las poblaciones a vacunarse.
Sección 2: ¿Por qué es fundamental seguir promoviendo los métodos de prevención del COVID-19 existentes?
En la segunda sección se reconoce que las vacunas no serán una solución rápida y se exponen las razones por las que debemos trabajar con las comunidades para seguir fomentando el cubrirse la boca al toser y estornudar, el uso de mascarillas, el distanciamiento físico y la higiene de manos.
Sección 3: ¿Cómo pueden integrarse las iniciativas que promueven los comportamientos de prevención de la COVID-19 en el despliegue de la vacuna?
La tercera sección resume ejemplos anteriores en los que la higiene y otros comportamientos preventivos se han incorporado a los programas de vacunación e identifica oportunidades potenciales para esta sinergia durante la pandemia de COVID-19.
Sección 1: ¿Cómo pueden los actores de la respuesta contra el COVID-19 desafiar las dudas sobre las vacunas y apoyar la confianza en ellas?
¿Qué es la indecisión ante las vacunas y qué factores influyen en ella?
La indecisión ante las vacunas es un estado de indecisión e incertidumbre sobre la vacunación antes de tomar la decisión de vacunarse o no. Las personas que dudan sobre la vacunación pueden no estar seguras de vacunarse y al final decidir hacerlo, o pueden haber aceptado una vacuna pero seguir teniendo dudas al respecto. La actitud hacia las vacunas es compleja, depende del contexto y varía en función del tiempo, el lugar, la carga de morbilidad y las vacunas disponibles. Las actitudes hacia las vacunas se sitúan en una escala, tal i como se muestra en el siguiente diagrama. Por lo tanto, es fundamental reconocer y responder a las comunidades para desafiar las percepciones erróneas y la desinformación a fin de promover la confianza y la aceptación de las vacunas.
Es importante destacar que la indecisión a la hora de vacunarse es uno de los obstáculos de la aceptación de la vacuna, pero puede haber otras razones por las que la gente no se vacune aún cuando está disponible, como por ejemplo, el acceso.
El Proyecto de Confianza en las Vacunas ha desarrollado un Índice de Confianza en las Vacunas (ICV ), que define cuatro dominios que influyen en la confianza en las vacunas, entre ellos la importancia, la seguridad, la eficacia y la compatibilidad con las creencias. Esta herramienta se ha utilizado para llevar a cabo estudios globales para mapear la confianza en las vacunas rutinarias, nuevas e infrautilizadas desde 2015. Esto ha permitido al equipo hacer un seguimiento de la confianza en las vacunas a lo largo del tiempo. Cabe señalar que la confianza en las vacunas no es un problema nuevo, se definió por primera vez en 2011, pero ha existido desde que Edward Jenner desarrolló la primera vacuna a finales del siglo XVIII.
En octubre de 2018, la OMS creó el grupo Behavioural and Social Divers of Vaccination Global.
El grupo de trabajo sobre reticencia a vacunarse del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico (SAGE) de la OMS esboza las razones de la reticencia a vacunarse en tres ámbitos.
Influencias individuales y de grupo - Esto incluye a las personas que están en contra de las vacunas en general, sienten que las vacunas están reñidas con las medicinas alternativas o tradicionales, perciben que el riesgo de contraer COVID-19 es bajo, consideran innecesaria la vacunación personal si todas las personas de su entorno están vacunadas, y que determinados grupos sociales tienen diferentes niveles de inmunidad.
Influencias contextuales - Esto incluye a las personas que dudan de las vacunas debido a cuestiones de equidad sanitaria, desconfianza en las instituciones nacionales, miedo a la persecución étnica, experiencias con vacunaciones anteriores (VPH, triple vírica), y aquellos que sienten que las vacunas son incompatibles con sus puntos de vista religiosos, políticos, culturales, sociales, económicos o filosóficos. Las experiencias negativas pasadas relacionadas con las vacunas u otros aspectos de la prestación de servicios sanitarios pueden influir en la toma de decisiones de las personas sobre las vacunas COVID-19, incluso si esas experiencias se refieren a acontecimientos ocurridos muchas décadas atras.
Vacunas y vacunación: incluye a las personas que pueden resistirse a las vacunas debido a su preocupación por la seguridad, los efectos secundarios, el ritmo de desarrollo de las vacunas, la percepción de falta de eficacia, los calendarios de implantación de las vacunas y su accesibilidad, y las mutaciones y variantes emergentes.
La desinformación, los rumores y los malentendidos sobre las vacunas COVID-19 contribuyen a las dudas sobre la vacunación en cada uno de estos tres ámbitos. Además, el entorno de información cambiante, incluidos los cambios en la orientación y los requisitos, la nueva información y el contexto epidémico afectaron a las percepciones de riesgo y a la necesidad sentida de vacunación. El grupo de trabajo también destaca que es fundamental utilizar la percepción, el conocimiento y los datos locales en cada contexto. Esto se debe a que la disposición a aceptar las vacunas no es estática: depende en gran medida de la información en tiempo real, del estado de la pandemia, del riesgo percibido de contraer la infección y la enfermedad subsiguiente, y de la experiencia previa con las campañas de vacunación y el despliegue, las vacunas y los rumores sobre las vacunas. Esto requiere una conversación bidireccional dinámica, convincente y productiva para cuestionar la desinformación y los malentendidos sobre las vacunas y permitir su aceptación.
¿Qué pueden hacer los actores de la respuesta para fomentar la confianza en las vacunas y su aceptación?
A continuación se exponen algunos principios generales que deben tenerse en cuenta para fomentar la confianza en las vacunas:
La participación significativa de la comunidad es clave - Los actores de la respuesta deben tratar de fortalecer los componentes de participación de la comunidad en sus programas y desarrollar sus habilidades de escucha activa, tolerancia y empatía con el fin de fomentar la confianza en las vacunas. Esto puede implicar la creación de mecanismos estructurados e informales para recoger y documentar preguntas, preocupaciones y opiniones sobre las vacunas. En la medida de lo posible, los datos deben recogerse de forma continua para captar los cambios en las percepciones. Las organizaciones de respuesta también deberían facilitar oportunidades periódicas para que el personal se reúna para debatir las percepciones de la comunidad y decidir posibles líneas de actuación para abordarlas dentro de la programación.
Identifique diversas formas de promover la confianza en las vacunas - Para cada individuo habrá una combinación diferente de factores que influirán en su actitud hacia las vacunas. Por ejemplo, es importante reconocer que sus programas no son la única fuente de información sobre vacunas a la que la gente está expuesta. Cada persona tendrá su propia combinación de personas dentro de sus círculos sociales que influyan en su comportamiento y creencias, y estará expuesta a una serie de informaciones (incluida la información errónea) e historias sobre las vacunas. Por lo tanto, también es necesario que haya una serie de respuestas programáticas para promover la aceptación de las vacunas.
Los hechos por sí solos pueden no cambiar las opiniones - Compartir información correcta sobre las vacunas es fundamental para promover la confianza en las mismas, aunque puede no ser siempre suficiente para superar las dudas sobre las vacunas. Esto se debe a que las dudas sobre las vacunas suelen estar relacionadas con valores subyacentes más profundos que puede tener una persona. Los hechos y las cifras sólo se aceptarán cuando las personas sientan que se les ha escuchado y que se han reconocido sus preocupaciones y valores. A otras personas les puede convencer más ver y escuchar las experiencias de vacunación de personas similares a ellas o escuchar a los "líderes de opinión" de sus comunidades respaldar el uso de las vacunas.
Utilizar el pensamiento del cambio de conducta- La ciencia del comportamiento desempeña un papel destacado en la comprensión y el tratamiento de una serie de oportunidades y limitaciones para la aceptación de las vacunas. El Pequeño Jab Book presenta barreras comunes, como las estructurales (coste, acceso, infraestructura), las conductuales (inercia, normas sociales imperantes, percepción errónea, motivos sociales, etc.) y las informativas (desinformación, falta y complejidad de la información). Además, los siguientes informes del Centro de Higiene pueden ser útiles para comprender y definir intervenciones eficaces de cambio de comportamiento:
Generar confianza - La desconfianza suele ser el motivo más común de las dudas sobre las vacunas. La confianza puede dividirse en tres niveles: confianza en la vacuna (el producto), confianza en el vacunador (el proveedor) y confianza en los que toman las decisiones sobre el suministro de vacunas (el responsable político/la institución responsable del desarrollo y la distribución). Es importante darse cuenta de que la desconfianza normalmente existe por una razón, como unos servicios sanitarios inadecuados o una toma de decisiones que carece de transparencia o que no siempre redunda en beneficio de la población. Para fomentar la confianza puede ser necesario que los actores de la respuesta examinen el fortalecimiento de aspectos más amplios de los sistemas de atención sanitaria y reevalúen la conducta del personal sanitario y de los responsables políticos.
Sea honesto sobre lo que no se sabe - Las acciones de respuesta deben ser transparentes y honestas tanto sobre su propia experiencia como sobre el estado de las pruebas en torno a las vacunas COVID-19. Es perfectamente correcto responder a las preguntas de la comunidad diciendo "no lo sé, pero lo averiguaré", y luego ponerse en contacto con esta persona cuando se disponga de más información. La cantidad de nuevas pruebas sobre la vacuna COVID-19 es tan abrumadora que nadie tiene todas las respuestas, y pretender que se tienen todas las respuestas es condenar a las organizaciones al fracaso. Cree expectativas realistas en la comunidad y facilite soluciones dirigidas por la misma comunidad.
A continuación se enumeran una serie de intervenciones y herramientas de respuesta que podrían reproducirse o adaptarse a diversos entornos:
Enfoques prácticos para comprender y aprender de las comunidades:
1. Lleve a cabo una investigación formativa (o utilice los hallazgos existentes) sobre los factores que influyen en la percepción de las vacunas en su contexto. El objetivo debe ser explorar los patrones de influencia social y los patrones de intercambio, las creencias históricas, culturales y religiosas relacionadas con las vacunas, las preocupaciones comunes sobre las vacunas, las estrategias locales para hacer frente a las enfermedades y las innovaciones o mecanismos a nivel comunitario que podrían apoyar la difusión de las vacunas y la continuación de los comportamientos preventivos. Piense detenidamente cómo pregunta sobre las vacunas. En lugar de limitarse a preguntar "¿Aceptaría la vacuna?", enmarque y transmita las preguntas adecuadas para que estén más orientadas a la acción, es decir, "¿Qué información le gustaría, qué necesita, de quién y cómo?".
2. Determinar y comprender dónde se producen las conversaciones sobre vacunas dentro de la comunidad, ya que los distintos países y grupos sociales utilizarán plataformas diferentes.
3. Utilice los métodos existentes de seguimiento de las percepciones sobre las vacunas e intente alinear su trabajo con ellos. Algunos ejemplos son, entre otros, COVID-19 Misinfo.org, Community Perception Tracker de Oxfam, Rumour has it de CDAC Network, Talkwalker National Country Dashboards de UNICEF, Rooted in Trust - Global Rumour Bulletin, Internews Rumour Tracking Methodology, First Draft y el conjunto de herramientas de gestión de la infodemia de la OMS. La utilización de estos recursos puede ayudarle a adelantarse a la aparición de percepciones similares en su comunidad local y puede permitirle conectar con personas de otras regiones del mundo para comprender qué está funcionando para fomentar la aceptación de la vacuna.
Recursos útiles para orientar el desarrollo de su estrategia de fomento de la confianza en las vacunas
4. La Organización Mundial de la Salud ha creado una herramienta útil para comprender mejor por qué algunas personas deciden vacunarse y otras no. Esta herramienta se llama "Impulsores conductuales y Sociales de la Vacunación" (BeSD).
El BeSD se compone de cuatro ámbitos principales que miden diferentes aspectos de las creencias y experiencias de las personas en relación con las vacunas: pensamiento y sentimiento, procesos sociales, motivación y cuestiones prácticas (Figura 2).
Gráfico 2 Fuente: Grupo de trabajo BeSD. Basado en Brewer et al. Psychol Sci Public Interest. (2017)
Como ya hemos mencionado, es importante tener en cuenta que, aunque la indecisión ante la vacuna es un factor que puede influir en la decisión de una persona de vacunarse, hay muchos otros factores que también pueden influir en su decisión. En este marco, las dudas sobre las vacunas entran dentro del ámbito "Pensar y sentir".
Este marco incluye una serie de directrices y herramientas que pueden ayudarle a mejorar la planificación y evaluación de sus programas de vacunación. Pretende guiarle en la planificación, investigación y actuación. Las herramientas también son útiles para recopilar información de forma sistemática y comparable en diferentes contextos.
Puede consultar todos los recursos en Vaccination Demand Hub.
5. Desarrollar una estrategia para atraer y comunicarse con una serie de audiencias a través de diversos canales. Los siguientes recursos incluyen orientaciones y consejos útiles para este proceso. La Vaccine Misinformation Management Field Guide (Guía práctica para la gestión de la desinformación sobre vacunas ) ofrece un enfoque por fases (preparación, escucha, comprensión y compromiso), con consejos para que su contenido tenga más resonancia que la desinformación, ejemplos de mensajes inoculadores e intervenciones para crear inmunidad frente a la desinformación. Otras herramientas relacionadas con la comunicación de riesgos y la participación de la comunidad (RCCE) incluyen 10 pasos, herramientas RCCE, indicadores de comportamiento, la estrategia global COVID-19 RCCE y el paquete de comunicación interpersonal para la inmunización.
También puede interesarle consultar la Plataforma de Ciencias Sociales y Acción Humanitaria. Proporcionan informes exhaustivos que se basan en diversas fuentes, incluida la literatura académica y gris, para presentar consideraciones sobre poblaciones especiales como los inmigrantes. Algunos de los informes hacen especial hincapié en la participación de la comunidad y la comunicación.
Posibles actividades y enfoques para promover la aceptación de la vacuna
6. Elaborar una lista de las preguntas más frecuentes que surgen en las comunidades y recomendar formas de que el personal pueda abordarlas si surgen durante el transcurso de su trabajo. Mantenga esta lista actualizada y asegúrese de que la información se ajusta a las pruebas actuales y a los planes nacionales de distribución de vacunas. Disponer de este documento de referencia aumentará la confianza del personal a la hora de hablar de las vacunas, dado que este tema es desconocido para muchos trabajadores de primera línea.
7. Comparta experiencias personales de vacunación, ya que esto puede ser un poderoso motivador para los demás. Ethan Lindenberger, que inició una ola de promoción a favor de las vacunas en 2018, transmitió que "la gente resuena con las personas, no con los datos" y enfatizó: "es importante comenzar con empatía como una forma de abrir la conversación". Compartir experiencias puede ser tan sencillo como animar a la gente a hacerse selfies con las vacunas y compartir su estado de vacunación en las redes sociales. Podría implicar también la elaboración de vídeos cortos de personas conocidas vacunándose y hablando de los factores que influyeron al tomar su decisión.
8. Involucrar a líderes religiosos, grupos sociales, trabajadores sanitarios, profesores y otras personas influyentes y animarles a hablar sobre la aceptación de la vacuna con la gente de su comunidad.
9. Utilizar la comunicación presuntiva enmarcando la vacunación como el comportamiento por defecto o normativo.
10. Ayudar a las comunidades a comprender conceptos relacionados con las vacunas como la inmunidad colectiva y a centrarse en el hecho de que la vacunación es algo que se puede hacer para proteger a todos los miembros de la sociedad, no sólo a uno mismo. Véase nuestro recurso: ¿Qué información deben conocer los actores de la respuesta contra el COVID-19 sobre las vacunas COVID-19?
11. Aumentar la resiliencia pública ante la desinformación, entre otras cosas mediante la alfabetización digital y mediática. Esto ayuda a las personas a entender a qué deben prestar atención en las noticias falsas o la información falsa y cuándo deben o no compartir contenidos con su red de amigos y familiares. Por ejemplo, GoViral es un juego de 5 minutos que ayuda a protegerse contra la desinformación referente al COVID-19. Los estudios también han demostrado que fomentar la reflexión crítica puede hacer que las personas sean menos propensas a compartir información errónea. El uso de distintos formatos de comunicación audiovisual puede ayudar a las personas a pararse a pensar antes de compartir información o contenido en las redes sociales sin comprobarlos antes.
12. Centrarse en que la comunicación relacionada con las vacunas sea clara, sencilla y práctica. Esto podría incluir el desarrollo de "llamadas a la acción" claras para impulsar comportamientos y garantizar que la información esté contextualizada y adaptada a subgrupos específicos de las comunidades y a determinados tipos de creencias. Utilizar términos como "tú" y "nosotros" tiene más probabilidades de impulsar la motivación y la acción, y priorizar y agrupar los mensajes clave puede evitar que las personas se sientan abrumadas por la información. Por ejemplo, la "regla de tres" puede ser un enfoque útil para que la gente recuerde comportamientos clave (por ejemplo, higiene de manos, uso de mascarillas, distanciamiento físico).
13. Los medios de comunicación, como la televisión y la radio, son una fuente de información fiable para muchos. Los actores de la respuesta pueden trabajar con los medios de comunicación como socios para crear oportunidades de comunicación bidireccional que aborden los factores que contribuyen a la indecisión ante las vacunas. Algunos ejemplos son
COVID and Me son cortometrajes que comparten conversaciones sobre la investigación de vacunas y la importancia de vacunarse. Cada historia se basa en experiencias reales de pacientes y las conversaciones se transmiten en varios idiomas.
El manual actualizado de BBC Media Action sobre comunicación acerca del COVID-19 incluye ideas y consejos para una comunicación eficaz que apoye los comportamientos de prevención, la confianza en las vacunas y contrarreste la desinformación. Está dirigido a los medios de comunicación, pero es útil para cualquier persona que comunique sobre la pandemia y la respuesta.
Team Halo, una red mundial activa que utiliza una red de científicos y profesionales de la salud como protagonistas para realizar vídeos de preguntas y respuestas sobre la investigación de la vacuna COVID-19 y los programas de inmunización para desmitificar su trabajo y abordar los problemas en torno al miedo a las vacunas. Sus vídeos de tamaño reducido se publican en TikTok, Twitter e Instagram.
Principales conclusiones:
La disposición a aceptar una vacuna no es estática, por lo que es fundamental comprender los factores históricos, contextuales y sociales que pueden afectar a las actitudes hacia las vacunas.
Conocer las preocupaciones sobre la vacuna COVID-19 y crear oportunidades para un diálogo continuo.
Identificar las competencias, los puntos fuertes, los defensores y las personas de confianza de la comunidad que podrían facilitar la asimilación.
Sección 2: ¿Por qué es fundamental seguir promoviendo los métodos no farmacológicos de prevención del COVID-19 existentes junto con la vacunación?
Aunque las vacunas contra el COVID-19 se han desarrollado con rapidez y eficacia, los programas mundiales de vacunación siguen enfrentándose a importantes retos en cuanto al acceso a las vacunas y su administración a una escala sin precedentes. Ante esto, necesitamos crear expectativas razonables sobre cómo evolucionará la pandemia, qué hará falta para que el COVID-19 deje de ser una amenaza para la salud pública y animar a la gente a seguir practicando comportamientos preventivos frente al COVID-19. Las vacunas son sólo una herramienta para controlar la pandemia y debemos evitar presentarlas como la única solución, sino como parte de un enfoque global. Es importante señalar que, si bien la vacuna contra el COVID-19 puede prevenir enfermedades graves y hospitalizaciones, es posible que no prevenga la infección. Además, la aparición de una nueva variante puede afectar a la eficacia de la vacuna.
Cuando se trata de llevar mascarilla en la comunidad, las directrices dependen de las tasas de vacunación y del nivel de transmisión del virus en la comunidad. Se recomienda el uso de mascarillas médicas a las personas con riesgo de contraer COVID-19 grave (por ejemplo, ancianos o personas con afecciones subyacentes de alto riesgo) cuando se encuentren en entornos públicos en los que no sea posible el distanciamiento, y a los contactos domésticos de las personas sospechosas o confirmadas de contraer COVID -19 cuando se encuentren en la misma habitación.
El principal objetivo de usar mascarillas en la comunidad es prevenir las transmisiones de individuos infectados mediante la contención de sus secreciones respiratorias.
Los estudios demuestran que la obligatoriedad del uso de mascarilla y los niveles elevados de uso de mascarilla declarados por los propios pacientes se asocian a una disminución de la tasa de incidencia en la comunidad. El levantamiento de la obligatoriedad del uso de mascarilla puede dar lugar a un aumento de las tasas de casos. En múltiples estudios observacionales, el uso sistemático de mascarilla se ha asociado a un menor riesgo de infección.
Además, otros virus respiratorios como la gripe, el virus respiratorio sincitial (VRS) y las nuevas variantes de coronavirus pueden prevenirse parcialmente mediante intervenciones no farmacológicas, como el uso de mascarillas, el lavado de manos y la higiene respiratoria (por ejemplo, cubrirse al toser o estornudar). Estas intervenciones son especialmente importantes para las personas con sistemas inmunitarios vulnerables, como ancianos, lactantes y personas con problemas de salud. Los CDC informaron de un descenso pronunciado de los casos de gripe durante la temporada de gripe de 2020 y 2021, probablemente debido a la adopción de medidas comunitarias de mitigación.
Debemos adoptar un enfoque integral que promueva las vacunas y las medidas de prevención conjuntamente para proteger a las personas, las familias y las comunidades. Para más información sobre la eficacia de otros comportamientos de prevención de COVID-19, busque en los recursos del Centro de Higiene.
Principales conclusiones:
En el futuro inmediato, los actores de la respuesta contra el COVID-19 deben promover en igual medida la vacunación, la higiene de las manos, cubrirse la boca al toser y estornudar, llevar mascarilla, el distanciamiento físico y hacer frente a la desinformación de forma continuada.
¿Se ha acabado la pandemia?
No existen criterios específicos para declarar el fin de una pandemia. Este artículo de la BBC ofrece una explicación visual de cómo han evolucionado otras pandemias y señala que muchas de las enfermedades que arrasaron las sociedades en el pasado siguen existiendo, pero ya no son grandes amenazas para la salud pública.
En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de COVID-19 emergencia de salud pública de importancia internacional (PEHIC), una designación con implicaciones legales que puede desencadenar acciones y reorientaciónes de recursos a escala mundial.
Tres años después de declarar PHEIC el brote de SARS-CoV-2, la Directora General de la OMS hizo pública una nueva declaración en una rueda de prensa el 5 de mayo de 2023 en la que afirmaba que "el Comité de Emergencia se reunió por decimoquinta vez y me recomendó que declarara el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional. He aceptado esta recomendación. Por lo tanto, es con gran esperanza que declaro el COVID-19 como una amenaza para la salud mundial". En otras palabras, ha llegado el momento de que los países pasen del modo de emergencia a la gestión del COVID-19 junto con otras enfermedades infecciosas.
Esto significa que el virus seguirá circulando, pero la sensación de emergencia cambiará a medida que los altos niveles de inmunidad empiecen a limitar el impacto y el alcance del virus. No obstante, la OMS anima a los países a mantener y reforzar los programas de vigilancia y vacunación, ya que las enfermedades infecciosas pueden ser impredecibles. Es crucial permanecer vigilantes y tomar las medidas adecuadas.
Sección 3: ¿Cómo pueden integrarse las iniciativas que promueven los comportamientos de prevención del COVID-19 durante el despliegue de la vacuna?
Los actores de la respuesta pueden ser ingeniosos, relevantes y solidarios durante el despliegue de la vacuna integrando actividades entre las iniciativas de despliegue de la vacuna, los servicios de atención sanitaria y los programas de prevención .
Invertir en el refuerzo de los sistemas sanitarios y la protección del personal sanitario
Apoyar al personal sanitario y a los centros de salud en el acceso y uso de infraestructuras WASH, consumibles de higiene y equipos de protección individual (EPI).
Impartir formación sobre la comunicación de las vacunas y el fomento de la confianza en ellas, sobre protección y control de las infecciones y sobre EPI a todo el personal sanitario (limpiadores, guardias, curanderos tradicionales y otras partes interesadas, cuando proceda).
Proporcione consumibles de higiene tanto en el lugar de trabajo como en casa para proteger al personal, los pacientes y los familiares.
Los trabajadores sanitarios y el personal del programa de vacunación deben apoyar las actividades de divulgación en la comunidad para solicitar la confianza y la aceptación de la vacuna.
Continuar con la vigilancia de la enfermedad
Aunque tres años después sabemos mucho más sobre el virus, sigue siendo fundamental mantener los esfuerzos de vigilancia para continuar comprendiendo la evolución del virus, identificar nuevas variantes de interés y factores de riesgo de enfermedad graves, así como el impacto de la vacunación. Coordinar e integrar los esfuerzos de vigilancia de la enfermedad por COVID-19 y otras enfermedades entre las partes interesadas del ámbito sanitario y WASH. No perder de vista otros problemas e impactos sanitarios, junto con el despliegue de la vacuna COVID-19 y la inmunización rutinaria.
Alinear los enfoques de comunicación y la programación.
Crear redes de comunicación entre los diferentes tipos de actores de la respuesta y aprovechar las que ya se han establecido. Por ejemplo, las redes de comunicación de riesgos y participación comunitaria suelen combinar actores gubernamentales y no gubernamentales de diversos sectores y conocimientos. Estos grupos se reúnen periódicamente y pueden ser un buen punto de partida para averiguar quién está haciendo qué en un país o región. Animar a los socios a compartir información sobre las percepciones de la comunidad, la comunicación y los programas que se están llevando a cabo o que se están planificando puede evitar la duplicación o la confusión en la comunicación. El intercambio continuo de información sobre lo que funciona bien, así como sobre los retos comunes, puede ayudar a mejorar la calidad de los programas. En la medida de lo posible, trabajar juntos para desarrollar una estrategia de comunicación de riesgos y compromiso comunitario que abarque los comportamientos de prevención y la promoción de vacunas.
Los sistemas de comunicación fiables y establecidos que ya se han utilizado para compartir información sobre las conductas preventivas frente al COVID-19 están bien situados para apoyar también la difusión de la vacuna.
La población de muchos países se enfrenta a otras crisis, como conflictos, sequías, otras enfermedades, inseguridad alimentaria y limitaciones de los medios de subsistencia. Es probable que estas preocupaciones más amplias afecten a las percepciones relacionadas con las vacunas. Colaborando con otros sectores, se puede desarrollar una programación más holística, que tenga en cuenta estas preocupaciones contrapuestas y que, en última instancia, sea más relevante para las comunidades.
Aprovechar los lugares de vacunación para seguir promoviendo comportamientos preventivos.
Llevar a cabo actividades de refuerzo de las capacidades para apoyar la labor de los trabajadores sanitarios y la respuesta de primera línea, de modo que dispongan de información suficiente sobre las vacunas y los comportamientos de prevención y puedan escuchar eficazmente a las poblaciones. Esto puede incluir habilidades para comprender los impactos secundarios de la pandemia u otras preocupaciones sanitarias y de subsistencia y para comunicar sobre los efectos secundarios de las vacunas.
Considerar la posibilidad de utilizar los centros de vacunación como lugares para la promoción de comportamientos de prevención contra el COVID-19 y la promoción de otros comportamientos y servicios sanitarios. Esto podría incluir la distribución de kits de prevención de COVID-19 o de higiene, informar a la población sobre otros servicios sanitarios (por ejemplo, vacunaciones sistemáticas) o promover la adopción de otras conductas sanitarias (por ejemplo, el uso de mosquiteras).
Como parte de la Agenda de Inmunización 2030 de la OMS, la integración de la vacunación con otros servicios sanitarios forma parte de una de las siete prioridades estratégicas. Algunos ejemplos de integración son el suministro de vitamina A durante las vacunaciones sistemáticas a los niños, las campañas de desparasitación y el tratamiento para el control del paludismo. Del mismo modo, se pueden utilizar otros eventos y espacios sanitarios para administrar inmunizaciones, como ferias de salud y reuniones sociales.
Utilizar los lugares de entrega de vacunas como oportunidades para promover comportamientos preventivos puede ser una estrategia eficaz. Las ferias de salud comunitarias, por ejemplo, pueden proporcionar atención sanitaria integral, promover comportamientos preventivos y suministrar vacunas, todo en un mismo lugar. El equipo de la Baylor Community Engagement Alliance de Texas (EE.UU.) organizó con éxito una feria de salud en la que ofreció vacunas COVID-19 e información junto con otros servicios sanitarios. Otro planteamiento consiste en asistir a acontecimientos especiales, no necesariamente relacionados con la salud, y ofrecer tratamiento informativo e inmunizaciones para distintas enfermedades. Durante el brote de viruela del mono, organismos sanitarios como los CDC organizaron campañas para asistir a actos del Orgullo y festivales de música a fin de ofrecer información sobre la enfermedad y la vacunación. Estos enfoques demuestran el potencial de aprovechar los lugares de entrega de vacunas para promover iniciativas y comportamientos sanitarios más amplios. La selección del enfoque dependerá de la comunidad y el entorno en el que se trabaje.
Principales conclusiones:
Crear un entorno propicio con productos, información, servicios e infraestructuras adecuadas.
La pandemia exige que los actores de la respuesta sean empáticos y tengan una gran capacidad de escucha y análisis.
Utilizar los centros de vacunación como oportunidades para promover comportamientos preventivos.
La talla única no sirve para todos: necesitamos una programación adaptable y específica para cada contexto.
¿Existe experiencia en la integración de programas de higiene preventiva en el despliegue de vacunas?
Lamentablemente, existe poca información sobre la eficacia de la integración de programas de higiene en los programas de vacunación. Algunos ejemplos son:
Un ensayo controlado aleatorizado por conglomerados realizado en Bangladesh demuestra el impacto de añadir la promoción del lavado de manos y la desinfección del agua junto con la vacunación oral contra el virus de cólera en la hospitalización asociada a la diarrea en Dhaka, Bangladesh. Se probaron intervenciones dirigidas a proporcionar material para lavarse las manos y promover la higiene tanto en los hogares como en las comunidades, junto con programas de vacunación contra el virus de cólera. Dos años después de las intervenciones, el 45% de los hogares que recibieron sesiones de promoción de la higiene tenían un lavamanos en funcionamiento, frente al 22% de los hogares que sólo recibieron la vacuna.
En Kenia, los kits de higiene (que incluían suministros para el tratamiento doméstico del agua y jabón para lavarse las manos) se combinaron con la promoción de la higiene y se distribuyeron a los cuidadores durante las campañas de vacunación infantil. Aunque los datos sobre el tratamiento del agua fueron dispares, las prácticas declaradas y la demostración de una técnica correcta de lavado de manos se multiplicaron casi por dos en comparación con los hogares que no recibieron la intervención.
En Nepal, WaterAid y el Ministerio de Sanidad decidieron aprovechar al máximo la "audiencia cautiva" de miles de cuidadores que acudían a las clínicas de vacunación al menos cinco veces en los primeros nueve meses de vida de sus hijos. Los resultados de la investigación formativa crearon un paquete de intervención higiénica (con el lema "Familia limpia, familia feliz") que posteriormente se impartió mediante sesiones de concienciación sobre la higiene en los centros de vacunación. La inmunización contra el rotavirus reunió a los sectores de la higiene y la salud pública y ayudó a evitar la mala comunicación sobre el hecho de que la vacuna contra el rotavirus es una "vacuna contra la diarrea" y puso de relieve la necesidad de una estrategia global en lugar de un enfoque individual para controlar las enfermedades diarreicas. El programa sigue aplicándose a gran escala.
A pesar de la escasez de datos, existen argumentos de peso que respaldan los esfuerzos para integrar la promoción de la higiene en los programas de vacunación. Los programas de vacunación llegan a muchas personas y constituyen un punto de entrada fundamental para integrar el agua, el saneamiento y la higiene, haciendo especial hincapié en las intervenciones para cambiar las conductas higiénicas. Desde el punto de vista estratégico, estas colaboraciones ofrecen la oportunidad de utilizar eficazmente los recursos y de comunicar que existen múltiples vías que contribuyen a la enfermedad y que, por lo tanto, se necesitan múltiples estrategias de prevención a nivel individual o doméstico.
Notas del editor:
Escrito originalmente por: Jenny Lamb (LSHTM - Centro de Higiene)
Revisado y corregido por Ana Bolio (LSHTM - Vaccine Confidence Project) y Jenny Lamb (LSHTM - Hygiene Hub)
Última actualización: 01.06.2023