Discriminación
La discriminación o el miedo a la discriminación pueden actuar como una barrera que obstruya la inclusión y la participación en respuesta a un brote de enfermedades infecciosas. La discriminación es una parte de la estigmatización social que podría surgir en brotes epidémicos de enfermedades y, a menudo, puede hacer que las minorías sean los chivos expiatorios que, según se considera, "ponen en peligro" al resto de la población. Dicha estigmatización puede tener efectos perjudiciales para ralentizar la propagación de las enfermedades infecciosas y para darles a las personas acceso a tratamientos e información. En Mozambique, los migrantes que regresaban de Sudáfrica a su país natal fueron recibidos con sospechas y estigmatización en sus comunidades debido al miedo de que podrían traer la COVID-19 con ellos al cruzar la frontera.
En Corea del Sur, los miembros de la Iglesia Shincheonji de Jesús estaban preocupados por la pandemia y el incremento de casos de COVID-19 en su país. Aunque la iglesia implementó medidas para mantener a su congregación a resguardo de la COVID-19, sus miembros evitaron hacerse pruebas que detectan la enfermedad por miedo a ser discriminados. En febrero, la Iglesia Shincheonji de Jesús se transformó en el centro del brote más grande de COVID-19 de Corea del Sur, lo cual muestra de qué forma el miedo y la discriminación pueden tener consecuencias desastrosas.
En la India, 3000 miembros del movimiento misionero islámico Tablighi Jamaat fueron obligados a pasar más de 40 días en cuarentena después de que siete indonesios visitaran la mezquita. Los datos científicos actuales indican que no es necesario que haya un período de cuarentena extendido, pero a pesar de ello, los miembros del movimiento Tablighi Jamaat no pudieron irse hasta que el gobierno aprobó su liberación. Hubo acciones discriminatorias similares contra minorías étnicas en Pakistán, Camboya, Corea del Sur e Israel.
La falta de documentos de identidad o tener una condición jurídica vulnerable son dificultades que quizás tengan los grupos minoritarios para acceder a la información, la realización de pruebas de detección y los tratamientos contra la COVID-19. En el Líbano, en un hospital de Beirut, se les negaron las pruebas de detección a trabajadores domésticos que migraron desde Etiopía porque no tenían documentos de identidad. Los impactos secundarios de no tener los documentos de identidad correspondientes incluyen no tener acceso a medidas de alivio para la COVID-19, como en el caso de Pakistán, donde los migrantes indocumentados no pueden recibir la ayuda económica para los pobres.
Exclusión en las actividades de respuesta
Muchos grupos minoritarios sufren de injusticia social y discriminación a largo plazo que suele provocar exclusión y marginación. El racismo institucional y estructural determinan estas disparidades y, en consecuencia, se excluye a los grupos minoritarios de las políticas de salud. Se han hecho llamamientos para que haya consideraciones especiales a fin de mitigar el impacto de la COVID-19 en los grupos minoritarios. No obstante, a pesar de estos esfuerzos, hasta ahora los grupos minoritarios han cargado desproporcionadamente con los efectos de la pandemia.
La discriminación puede ser una barrera que obstaculice el acceso a las pruebas de detección de la COVID-19 y los tratamientos. Los grupos minoritarios tuareg y tabu de Libia tienen acceso limitado a la atención médica debido a años de conflicto, abandono e inseguridades. Sin servicios médicos adecuados, las minorías del sur de Libia quedan sin preparación para abordar la pandemia de COVID-19.
Es posible que los grupos minoritarios también queden excluidos de las actividades de respuesta a la COVID-19 si la información sobre la pandemia se comparte en un idioma que no hablan con fluidez o por medios a los cuales no tienen acceso igualitario. Por ejemplo: en Noruega, se cree que la falta de información sobre la pandemia de COVID-19 que tuvo la comunidad somalí fue uno de los motivos por los cuales hubo una cantidad desproporcionada de casos confirmados de COVID-19 en esa comunidad.
Exclusión en los informes
Al recolectar y difundir información sociodemográfica, suele haber opciones limitadas para informar el origen étnico, la religión, los idiomas y otras categorías relacionadas con la identidad social. La ausencia de esas opciones da por resultado conjuntos de datos artificiales que no representan la composición real de la población y ciega a las autoridades con respecto al efecto de las disparidades entre las comunidades. En una revisión de publicaciones e informes nacionales sobre los efectos de la COVID-19 en el Reino Unido, solo 2 de cada 29 informes compartieron resultados desglosados por grupo étnico.
Imagen: Ilustración hecha por Mona Chabli
Pobreza
Los grupos minoritarios están representados desproporcionadamente en las poblaciones más pobres del mundo. En Latinoamérica, los afrodescendientes tienen 2,5 veces más probabilidad de sufrir pobreza crónica y ganar menos por el mismo trabajo que otros latinoamericanos. La pobreza en sí es una barrera que obstaculiza el acceso a la información sobre la COVID-19 a través de la tecnología, como los teléfonos celulares, los televisores y las computadoras. También es una barrera que impide mantener las medidas preventivas contra la COVID-19, como el autoaislamiento en general, el aislamiento de personas vulnerables y quedarse en casa lo más posible, dado que esto podría acarrear la pérdida de ingresos. Los grupos minoritarios son vulnerables a los impactos sanitarios de la COVID-19 e incluso más vulnerables a las posibles consecuencias económicas. La bancarrota de las empresas y las medidas de confinamiento dictadas por las autoridades a raíz de la pandemia están llevando a la pérdida de los medios de subsistencia y la pérdida de ingresos, lo cual incrementa el riesgo de caer en la pobreza. A su vez, esto también puede actuar como barrera que obstaculice el acceso a las pruebas de detección de la COVID-19 y los tratamientos si hay costos asociados al acceso a los servicios de salud.
Muchas minorías viven en condiciones de hacinamiento y en zonas densamente pobladas debido a la pobreza, lo cual dificulta las medidas preventivas contra la COVID-19, como el autoaislamiento o el distanciamiento físico. Asimismo, muchos grupos minoritarios carecen de acceso a servicios básicos, como el agua, el saneamiento y la higiene. Esto se aplica a muchos grupos minoritarios de países de ingresos altos, como las comunidades roma en Europa y los afroestadounidenses en los Estados Unidos, y también a los de países de ingresos bajos y medios. El acceso insuficiente al agua, saneamiento e higiene mejorados plantea un desafío significativo en la prevención de la propagación del coronavirus entre familias y comunidades de grupos minoritarios.
Exposición ocupacional
El tipo de trabajo que hace una persona puede tener un gran impacto en el riesgo de contraer COVID-19. Si bien algunas personas pueden trabajar desde su casa o desempeñar sus tareas laborales desde un lugar seguro, los trabajadores esenciales (también llamados "trabajadores de primera línea" o "trabajadores vitales") y los trabajadores informales se ven obligados a arriesgar su salud al ir a trabajar y entrar en contracto con otras personas. Los trabajadores esenciales incluyen, entre otros, a las personas que trabajan en salud (p. ej.: personal de enfermería y trabajadores sociales), la industria alimentaria, transporte público, hostelería y venta minorista. En muchos países, los trabajadores de grupos minoritarios están sobrerrepresentados en la categoría "trabajadores esenciales", lo cual los coloca en un nivel mayor de riesgo de contraer COVID-19 en el trabajo e incrementa el riesgo para sus familiares. A pesar del riesgo alto de contraer COVID-19 en el trabajo, a menudo los empleadores no han protegido de la COVID-19 a los trabajadores de grupos minoritarios y no les han brindado la asistencia correspondiente si estuvieron expuestos al virus o se enfermaron. Suele haber leyes y políticas mínimas o nulas que protejan a los trabajadores informales, lo cual socava su acceso a los servicios de salud, la prevención de la COVID-19, la realización de pruebas de detección, y el equipamiento y los servicios de tratamiento.
Comorbilidades
Las personas que tienen problemas médicos subyacentes, como diabetes, enfermedades respiratorias, hipertensión o enfermedades cardiovasculares, tienen mayor riesgo de tener complicaciones o fallecer debido a la COVID-19. Algunos grupos minoritarios tienen niveles desproporcionados de comorbilidades, lo cual los pone más en riesgo si contraen la COVID-19.
Crisis humanitarias
En el mundo, los grupos minoritarios tienen más riesgo de sufrir represión violenta sistemática, asesinatos masivos o genocidio. Muchas minorías han huido de los países donde eran parte de la mayoría hasta que un conflicto las obligó a huir de sus hogares. Quienes viven en condición de refugiados en un país extranjero, como los sirios en Turquía y los sursudaneses en Uganda, se enfrentan a desafíos únicos que requieren una respuesta adaptada al contexto. Es posible que los grupos minoritarios que viven en campamentos o entornos similares también requieran consideraciones especiales en respuesta a la COVID-19. Lea aquí nuestra guía para responder a la COVID-19 en estos entornos.
¿Desea leer más información sobre cómo vincularse con las minorías durante la respuesta a la COVID-19?
Notas sobre revisión académica
Redactado por: Astrid Hasund Thorseth
Revisado por: Christopher Bachtrog, Sheillah N. Simiyu, Eva Niederberger
Última actualización: 11/11/2020