En esta sección, se mencionan medidas prácticas para tomar en zonas rurales durante la pandemia de COVID-19, mientras también se tienen en cuenta medidas a largo plazo para promover la sostenibilidad. Estas medidas hacen hincapié en los comportamientos preventivos de la COVID-19 y la infraestructura y los productos que los acompañan.
1) Promover y apoyar las prácticas de higiene
● Infraestructura para el lavado de manos: Los programas deberían centrarse en ampliar las instalaciones de lavado de manos en las casas y los lugares públicos, como en las escuelas, los lugares de trabajo, los centros religiosos y los mercados. En las zonas rurales, una barrera puede ser el acceso a los elementos necesarios para construir las instalaciones y el costo de construirlas. En algunos entornos rurales, esto se puede resolver mediante la promoción de instalaciones de lavado de manos que se puedan fabricar con materiales disponibles a nivel local, como el diseño de grifo casero "Tippy-Tap" en el siguiente video.
Sin embargo, los casos donde se han promovido estos tipos de innovaciones en brotes anteriores o como parte de programas de promoción de la higiene a corto plazo han mostrado que las instalaciones fabricadas con materiales de bajo costo disponibles a nivel local quizás no sean soluciones muy sostenibles y tengan que estar acompañadas de mecanismos permanentes de operación y mantenimiento. Por lo tanto, en lugares públicos, como escuelas y centros sanitarios, tal vez sea más rentable construir instalaciones de lavado de manos que sean más duraderas. WaterAid ha elaborado esta guía sobre construcción de instalaciones públicas de lavado de manos. Este documento se basa en otras investigaciones que muestran que las instalaciones de lavado de manos deberían estar diseñadas en alianza con las comunidades locales, ser fáciles de usar y atractivas para que el lavado de manos sea una práctica deseable.
Disponibilidad de jabón: En las zonas rurales, no se suele dejar el jabón en la estación de lavado de manos, dado que el jabón es un objeto valioso y las personas no quieren que se lo derroche o se lo roben. Se puede facilitar el lavado de manos en estos entornos alentando a las personas a que guarden el jabón en redes o lo unan a una cuerda para que no sea fácil llevárselo de las instalaciones de lavado de manos. El agua jabonosa, obtenida mediante la disolución de polvo para lavar ropa en agua, es otro método aceptable y asequible de conservar el jabón en las instalaciones de lavado de manos. Si el suministro de jabón es un gran obstáculo en la zona, quizás valga la pena apoyar a los residentes locales para que fabriquen jabón y alcohol en gel. Lea esta guía para ver más información sobre cómo hacer eso y si es probable que sea adecuado en su contexto. Si bien el alcohol en gel suele ser menos común en las zonas rurales, incrementar su disponibilidad podría ser útil para superar barreras que impiden tener las manos limpias al estar fuera de casa o mientras se realizan actividades agrícolas. Quizás en algunos lugares también sea adecuado promover productos alternativos para el lavado de manos.
Promoción creativa de la higiene: La promoción de la higiene siempre se debería hacer junto a la inversión en infraestructura y productos de higiene. Promover la higiene en zonas donde no hay instalaciones quizás sea ineficaz. En este recurso, sugerimos algunas actividades simples de promoción del lavado de manos que podrían funcionar en diversos entornos. En zonas rurales, tal vez sea más difícil llegar a la población. Esto requiere que los implementadores de programas se tomen el tiempo de evaluar qué canales de comunicación probablemente sean más eficaces, aceptables y seguros. Para leer más información sobre este tema, consulte este recurso. En zonas rurales, quizás sea más posible aprovechar las estructuras de comunicación existentes (puesto que las comunidades posiblemente sean más unidas que en las zonas urbanas) y se podrían considerar los medios de comunicación, como la radio o las visitas domiciliarias con distanciamiento físico.
2) Garantizar que el agua sea asequible y accesible
Asequibilidad: Muchas comunidades rurales se verán afectadas desproporcionadamente por el impacto económico de la COVID-19 debido al aumento del desempleo y la reducción de las remesas. Garantizar que el agua continúe siendo asequible es fundamental para poder mantener la higiene a fin de prevenir la transmisión de la COVID-19 y reducir otros impactos en la salud. Algunos países han eximido a las personas del pago de las facturas de agua u otorgado subsidios durante la pandemia. Otros países han cambiado a pagos digitales del agua para reducir al mínimo la interacción humana y, al mismo tiempo, apoyar la planificación financiera y los subsidios. Sin embargo, estos enfoques usualmente solo benefician a quienes tienen acceso a la red de agua corriente (es probable que sea una proporción más baja de la población en las zonas rurales). En las zonas rurales, la respuesta a la COVID-19 debería dar prioridad a reducir los pagos de los servicios esenciales de agua. Gestionar la asequibilidad también implica considerar la sostenibilidad financiera, dado que la disminución de los ingresos, como se ha visto en algunos países, posiblemente afecte la capacidad de los pequeños proveedores de servicios de agua para costear el tratamiento y mantenimiento continuos.
Accesibilidad: La distancia y el tiempo para recolectar el agua pueden afectar cuánta agua usa una familia. Durante la pandemia de COVID-19, algunos gobiernos han hecho hincapié en construir infraestructuras nuevas de agua para llegar a las regiones marginadas o vulnerables, ampliar los esfuerzos de mantenimiento para reparar las instalaciones dañadas y trabajar con el sector privado para zanjar las brechas clave en el suministro de agua a corto plazo. Se ha informado que la accesibilidad a repuestos y materiales es un problema en algunas zonas rurales, lo cual limita la capacidad de reparar puntos de suministro de agua dañados. En zonas rurales, la respuesta a la COVID-19 debería priorizar el mantenimiento de los puntos de suministro de agua existentes pero dañados, y considerar la disponibilidad de materiales. A largo plazo, también se debería incluir la construcción de más puntos de suministro (particularmente en zonas donde las personas tienen que viajar más de 30 minutos para recolectar agua) y el dictado de más capacitaciones sobre cómo construir y mantener estas instalaciones.
3) Reducir el riesgo de transmisión en los lugares públicos
Todo lugar donde se congregan las personas genera un riesgo de transmisión de la COVID-19. Sin embargo, a veces aun así quizás sea necesario que las personas visiten ciertos lugares, como mercados, centros de distribución y centros sanitarios, para tener acceso a alimentos, agua, artículos domésticos esenciales, atención médica y para generar ingresos. En zonas rurales, esto implica que, de todos modos, las personas deben viajar en transporte público para mantener a su familia y participar en actividades económicas. Estas son algunas medidas para acompañar la circulación esencial de las personas y gestionar los riesgos de transmisión:
Promoción del uso de mascarillas de tela: Muchos países ahora promueven el uso de mascarillas en lugares públicos donde se dificulta cumplir con el distanciamiento físico. Para entender mejor las directrices y los datos científicos relativos al uso seguro de mascarillas, lea estos recursos. En muchas zonas rurales, los esfuerzos iniciales tal vez deban centrarse en incrementar la disponibilidad de mascarillas asequibles, lo cual podría incluir iniciativas para fomentar que los grupos comunitarios locales fabriquen y vendan mascarillas de tela.
Soluciones locales para fomentar el distanciamiento físico: Hay diversas soluciones de bajo costo que se pueden implementar para fomentar el distanciamiento físico en ámbitos rurales. Entre ellas, se incluyen las marcas físicas y los "empujoncitos" ambientales (señales simples para influir en el comportamiento) en lugares públicos. Las estaciones de lavado de manos o los dispensadores de alcohol en gel también deberían estar a disposición en estos lugares, junto con procesos claros detallados para los responsables de mantener las instalaciones y reponer el agua y el jabón o el alcohol en gel. A continuación, damos algunos ejemplos de medidas de distanciamiento físico en ámbitos rurales:
La organización IOM Ethiopia pintó palos clavados en el suelo para marcar la distancia física (como se muestra en la siguiente imagen) y construyó instalaciones de lavado de manos en puntos de suministro de agua con el objetivo de reducir el riesgo de transmisión en los puntos rurales de suministro de agua.
Imagen: IOM Ethiopia
En Kenia, se exhibió la siguiente imagen en puntos rurales de suministro de agua para que las personas entendieran a qué distancia de los demás deberían pararse.
Imagen: REACH
En Myanmar, varias municipalidades regionales han adaptado sus mercados locales para facilitar el distanciamiento físico. En algunos casos, esto implicó trasladar los mercados a lugares más amplios, imponer restricciones para que los vendedores sean de la zona y agregar demarcaciones en el piso a fin de garantizar que los vendedores y consumidores se mantengan distanciados.
Para fomentar el lavado de manos entre los alumnos filipinos, las escuelas implementaron "empujoncitos" ambientales, p. ej.: huellas de pies pintadas en el piso que marcan el camino hacia las estaciones de lavado de manos, flechas adhesivas que muestran dónde está el jabón y "ojos observadores" sobre los lavabos.
Imagen: IDinsight/Nhu Le
Distribución segura de productos: A medida que el impacto económico de la COVID-19 comience a afectar a la población rural, muchos gobiernos locales u organizaciones de respuesta tal vez consideren distribuir productos esenciales en zonas rurales. Esto se debe manejar con cuidado para que la distribución no se transforme involuntariamente en un punto potencial de transmisión. Para ver ideas sobre cómo hacer esto de forma segura, lea este recurso.
Trabajar con grandes empleadores en zonas rurales: El 63% de las personas más pobres del mundo trabajan en agricultura, lo cual representa una parte grande de la población rural en países de ingresos bajos e intermedios. Es probable que los trabajadores agrícolas temporarios sean particularmente vulnerables en este momento. Tomar medidas preventivas para reducir la transmisión de la COVID-19 requerirá de la colaboración de los empleadores agrícolas y otros grandes empleadores de las zonas rurales. La OMS y los CDC han formulado guías generales sobre las medidas que pueden tomarse en el lugar de trabajo para reducir la transmisión y el riesgo para los empleados. Para el trabajo agrícola, algunas adaptaciones específicas pueden ser: la provisión de mascarillas, la instalación de más estaciones de lavado de manos o higienización, la desinfección periódica de los equipos y la adaptación de los turnos laborales, el hospedaje y el transporte para que siempre estén juntos los mismos grupos de trabajadores con el fin de reducir al mínimo la cantidad de interacciones que tiene un empleado.
4) Fomentar los sistemas de apoyo comunitario
En zonas rurales, las comunidades suelen ser muy unidas y es más probable que tengan grupos sociales sólidos y sistemas de apoyo establecidos para abordar problemas y necesidades locales. Hay oportunidades de aprovechar estos sistemas existentes y trabajar con ellos para posibilitar que haya una respuesta eficaz a la COVID-19 y contribuir a que haya resiliencia a largo plazo. Trabaje con las comunidades para identificar personas o familias vulnerables, entre ellas: personas susceptibles a tener un cuadro más grave de la enfermedad, como las personas mayores o las personas que tienen condiciones preexistentes, y las familias que tienen probabilidad de ser particularmente vulnerables a los efectos secundarios de la COVID-19. Converse con los líderes de la comunidad sobre cómo desearían asistir a estas familias. Por ejemplo: en muchos países, se les está pidiendo a las personas mayores y las personas con condiciones preexistentes que se aíslen para reducir las probabilidades de contraer COVID-19. En dichas circunstancias, vemos que se forman redes de voluntarios que cumplen la función de acercarles agua, alimentos y medicamentos a las personas vulnerables para que estas puedan cumplir con el distanciamiento físico.
5) Conectar el programa con otros servicios
Como se mencionó anteriormente, las personas de las zonas rurales probablemente sufran diversos efectos secundarios de la COVID-19 y muchas personas de zonas rurales quizás ya estén teniendo diversas otras dificultades. Antes y durante la implementación del programa de respuesta a la COVID-19, asegúrese de vincularse con las comunidades y entender qué necesitan, a qué desafíos se enfrentan y cuáles son las soluciones locales. Cuando sea posible, intente vincular sus acciones con otros servicios de la comunidad (p. ej.: atención médica básica, programas de nutrición, servicios de salud maternoinfantil) ofrecidos por los gobiernos, la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales para garantizar que juntos estén abordando las necesidades locales.
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Notas sobre revision académica
Redactado por: Katrina Charles, Li Ann Ong y Robert Hope
Revisado por: Balwant Godara, Peter Winch, Kondwani Chidzwizisano, Boluwatito Awe
Última actualización: 04/08/2020