En este recurso, se exploran las distintas consideraciones que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir el método de recopilación de datos más adecuado durante la respuesta a un brote epidémico. Tenga en cuenta que este documento se elaboró originalmente pensando en el COVID-19, pero los principios y las actividades pueden aplicarse a las respuestas para otras infecciones entéricas y respiratorias.
¿Qué factores deben tener en cuenta las organizaciones a la hora de decidir los métodos de recopilación de datos para responder a un brote epidémico?
A la hora de decidir cómo recopilar datos sobre comportamientos o programas de respuesta, los factores clave que hay que tener en cuenta son:
Objetivos : cuál es el propósito de la recopilación de datos (es decir, qué preguntas espera abordar). Esto guiará la selección de resultados y los métodos de recopilación de datos. Considere si se disponen de datos secundarios útiles para garantizar que sólo se recopilen los datos primarios esenciales.
Restricciones de movimiento : ¿existen restricciones nacionales o regionales que impidan al personal de campo desplazarse para recopilar los datos? Puede tratarse de restricciones para reducir la transmisión de enfermedades o debidas a problemas de seguridad (en contextos frágiles) y catástrofes naturales. Considere también si su acceso a las comunidades podría cambiar en el transcurso del brote, por ejemplo, debido a mayores restricciones, migración, contención o negativa a participar, lo que daría lugar a que su organización no pudiera recopilar datos comparables más adelante.
Prevalencia vírica local: ¿es seguro realizar la recogida de datos mediante los métodos propuestos dada la fase del brote? Por ejemplo, ¿es seguro que los trabajadores sobre el terreno visiten los hogares en este momento? Si la recopilación de datos sigue siendo segura, dependiendo de la transmisión de su enfermedad focal, podría considerar si sus equipos y los encuestados también pueden necesitar acceso a equipos de protección personal (por ejemplo, máscaras) e impartir formación sobre el distanciamiento físico (incluida la forma de concienciar a los encuestados sobre el distanciamiento físico), la interacción con diversos guardianes y la forma de interactuar con las comunidades durante los brotes. Obsérvese que, aunque este último recurso es específico al COVID-19, los principios y las actividades pueden aplicarse a respuestas a brotes similares.
Capacidad del personal de campo: ¿dispone el personal de campo de tiempo suficiente, conocimientos sobre el riesgo para la salud pública imperante en la zona geográfica de interés y las competencias pertinentes para llevar a cabo la recogida de datos mediante el método propuesto?
Percepción de la comunidad: ¿aceptará la comunidad el método de recopilación de datos propuesto? ¿Qué se podría hacer si se encuentra resistencia por parte de los participantes debido a temores, fatiga (esto suele ocurrir cuando se pide a los participantes que participen en múltiples procesos de recopilación de datos por parte de diferentes organizaciones sin ver beneficios directos de estos estudios) o resentimiento hacia los procesos de recopilación de datos que se proponen? ¿Existe la posibilidad de que sus métodos de seguimiento y evaluación puedan causar algún daño o crear ideas erróneas sobre la enfermedad en cuestión?
Financiación: ¿se dispone de la financiación necesaria para llevar a cabo el método elegido? En caso negativo, ¿qué datos pueden recogerse con los fondos disponibles y cómo? ¿Deben revisarse los métodos para no comprometer la calidad de los datos dadas las limitaciones presupuestarias?
Calendario del proyecto: ¿hay tiempo suficiente para recopilar datos mediante el método propuesto?
Estas consideraciones deben sopesarse con la necesidad de disponer de datos fiables y útiles. Debe seleccionarse el método de recogida de datos más sólido y viable.
¿Debe considerarse la recogida de datos en persona durante un brote?
La recogida de datos en persona no debe descartarse necesariamente en todos los entornos. Todas las organizaciones deben llevar a cabo una evaluación de riesgos antes de cualquier recogida de datos, que debe ajustarse a las directrices nacionales y ser coherente con otras organizaciones que trabajen en el mismo entorno. Al tomar decisiones sobre la seguridad de la recopilación de datos en persona, hay que tener en cuenta los riesgos potenciales para las comunidades y el personal y adoptar un enfoque prudente: si es factible recopilar los datos a distancia, esta opción sería preferible durante un brote. Utilice los siguientes procedimientos operativos estándar (PO E) para la recopilación de datos durante COVID-19 para ayudarle a tomar una decisión informada.
¿Qué medidas pueden adoptarse para que la recogida de datos en persona sea más segura?
Al considerar la recopilación de datos en persona como segura para su entorno, se debería dar preferencia a las entrevistas individuales realizadas al aire libre, en un lugar privado y manteniendo la distancia física adecuada. En ciertas situaciones, también puede ser seguro realizar debates o entrevistas en grupo. En tal caso, los grupos de debate no deben incluir a más de 5 personas, sólo deben reunir a personas con las que ya exista una interacción (por ejemplo, vecinos u otras personas que vivan en el mismo recinto) y deben llevarse a cabo en el exterior, en un lugar privado y cercano a sus hogares (minimizando la necesidad de desplazarse). Si se celebran debates en grupo, se debe animar a los participantes a lavarse las manos con agua y jabón antes de iniciar el debate y al final del mismo, y deben sentarse de modo que se mantenga la distancia física (por ejemplo, al menos 1 m entre cada participante). Dependiendo del método de transmisión de la enfermedad y de las recomendaciones del gobierno o las directrices locales existentes en el país en el que trabaje, es posible que los participantes también deban llevar mascarilla (su organización debe proporcionarlas y los participantes deben recibir asesoramiento sobre cómo utilizarlas de forma segura). Además, debe recordarse a los animadores de los grupos que eviten:
Saludos habituales, como darse la mano u otros saludos que requieran cercanía física (por ejemplo, abrazarse). Para no ofender, los facilitadores deben explicar a los participantes que lo hacen para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades.
Actividades participativas que requieren que los participantes (aparte del animador) toquen cosas.
Repartir comida, bebidas u otros artículos.
Además de las propias actividades de recopilación de datos, es importante tener en cuenta la seguridad a la hora de pedir a los recopiladores de datos que asistan a la formación presencial y/o que se desplacen a los lugares de recopilación de datos: ¿es seguro el transporte público y, si no lo es, cuáles son las alternativas más seguras? Considere si la formación puede realizarse a distancia y, en la medida de lo posible, contrate a recopiladores de datos de la misma zona o de zonas cercanas a donde se vayan a recopilar los datos.
Para obtener más información sobre la recogida de datos en persona de forma segura, consulte este recurso. Se diseñó pensando en el COVID-19 y en entornos de ingresos altos, pero los principios se pueden adaptar también a entornos de ingresos bajos y medios y a otras respuestas de salud pública.
¿Cómo deben decidir las organizaciones los métodos adecuados y seguros para evaluar los resultados de las conductas higiénicas?
Existen cuatro formas principales de medir los resultados de los cambios en los hábitos de higiene:
Observación estructurada en los hogares,
Controles domiciliarios aleatorios,
Observación estructurada o controles aleatorios en instalaciones públicas,
Comportamiento autodeclarado.
A continuación describimos cómo pueden aplicarse para medir la conducta de lavarse las manos y destacamos los puntos fuertes y las limitaciones de cada método en general, así como durante el brote de la enfermedad del COVID-19. Estos métodos también pueden adaptarse para medir otros comportamientos preventivos.
¿Es apropiado y seguro realizar observaciones estructuradas de la conducta de lavado de manos en el hogar?
Las observaciones estructuradas se consideran la mejor forma de medir el lavado de manos. Las observaciones estructuradas de la conducta de lavado de manos en el hogar requieren que un observador esté presente en el hogar durante varias horas (normalmente entre 3 y 7 horas) cada vez, cuando es más probable que se realice la conducta objetivo. El observador toma nota de:
Posibles oportunidades para lavarse las manos (por ejemplo, antes de comer).
Si la/s persona/s de interés se lavaron o no las manos en estas oportunidades.
Si la(s) persona(s) de interés utilizaba(n) o no productos de limpieza (por ejemplo, jabón o ceniza).
Los resultados de la observación se resumen calculando cuántas veces se lavaron las manos con jabón de todas las oportunidades disponibles para ello. En este documento se describe paso a paso el proceso de observación.
Beneficios de la observación estructurada:
Permite observar cómo las personas llevan a cabo un comportamiento en el transcurso de la vida cotidiana en lugar de basarse en lo que dicen que hacen.
Ofrece la oportunidad de recopilar datos sobre numerosas personas a la vez.
Permite comprender cómo encaja el comportamiento en rutinas diarias más amplias.
Permite recoger información sobre la frecuencia con que se lavan las manos y también sobre la minuciosidad del lavado (técnica, tiempo, productos, etc.).
Limitaciones de la observación estructurada:
La presencia de un observador puede hacer que los participantes actúen de forma diferente, por ejemplo, que practiquen mejor la conducta de lavarse las manos porque saben que es un comportamiento socialmente deseable. Por lo tanto, es fundamental que los participantes no sepan que la observación se centra específicamente en la conducta de lavarse las manos. Al comunicar el estudio a los participantes (por ejemplo, durante el proceso de consentimiento informado), el encargado de la recopilación de datos debe explicar que el propósito de las observaciones es reunir información sobre las rutinas diarias y otras prácticas domésticas.
Las observaciones estructuradas requieren mucho tiempo y trabajo. Requieren que los observadores estén bien formados y, dependiendo de la hora del día a la que se quiera observar y de la duración de la observación, un observador normalmente sólo puede recopilar datos de un hogar al día. En un programa de gran envergadura, puede ser conveniente recopilar datos por otros medios y realizar observaciones sólo en un subconjunto de hogares y triangular los datos de todas las fuentes.
En algunos entornos, las familias extensas viven en grandes complejos con múltiples edificios. Esto puede dificultar la observación de todas las oportunidades para lavarse las manos de todos los miembros de la familia. Los observadores tienen que saber qué comportamiento es más importante documentar. Puede ser necesario establecer criterios para determinar cuándo es necesario que haya más de un observador en un hogar.
A los participantes puede resultarles incómoda la idea de que haya un extraño en su casa. Esto puede minimizarse con la participación de observadoras jóvenes que, en la mayoría de las culturas, son vistas como una presencia menos amenazadora o sentenciosa. Las decisiones sobre a quién emplear deben depender del contexto. La seguridad de los encuestadores debe ser primordial.
Durante los brotes, puede que no sea posible realizar observaciones estructuradas si existen restricciones de movimiento. Además, pasar mucho tiempo en el interior de un hogar puede exponer al personal y a los miembros de la comunidad a un mayor riesgo de infección.
La aceptabilidad de este método de recogida de datos también puede ser baja entre la comunidad si existe un alto grado de temor asociado al brote de la enfermedad.
Recomendaciones de uso durante brotes epidémicos, como los de COVID-19, ébola y cólera
Debido a los riesgos de infección que presenta el hecho de que los observadores pasen mucho tiempo dentro de un hogar, no se recomienda utilizar observaciones estructuradas en el hogar durante, por ejemplo, la programación de la respuesta al COVID-19, a menos que las directrices nacionales permitan a las personas entrar en las casas de otras personas. En esos casos, será importante garantizar que los observadores puedan desplazarse con seguridad a los lugares de recogida de datos, que dispongan de equipos de protección adecuados (por ejemplo, mascarillas) y mantengan una distancia de seguridad con los miembros del hogar durante la observación y que no consuman bebidas ni alimentos durante el periodo de observación.
No obstante, hay que tener en cuenta que estas observaciones estructuradas, además de llevarse a cabo en hogares particulares, también se pueden realizar en instalaciones públicas.
¿Es apropiado y seguro realizar controles aleatorios de las instalaciones de lavado de manos en los hogares?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF han identificado la presencia de una instalación para lavarse las manos con agua y jabón como indicador prioritario para el seguimiento mundial de la higiene. Este "indicador global sobre el lavado de manos" requiere que un trabajador de campo visite un hogar y realice una rápida "comprobación sobre el terreno" de la instalación para el lavado de manos. El trabajador de campo registra si hay una instalación para el lavado de manos y la disponibilidad de jabón y agua en la misma. También puede anotar si el jabón está húmedo, lo que indica que se ha utilizado recientemente.
Definiciones de disponibilidad de instalaciones para el lavado de manos. Fuente: Programa Conjunto de Vigilancia
Ventajas de los controles aleatorios:
Los controles aleatorios proporcionan una medida aproximada del comportamiento, pero se trata de una estimación mucho mejor que las medidas autoinformadas, ya que el riesgo de sesgo es considerablemente menor.
Los controles aleatorios son una forma rápida de recopilar datos (mucho más rápida que una encuesta).
Los controles por muestreo se utilizan ampliamente y, por tanto, le permiten comparar su programa con otros programas de lavado de manos de todo el mundo. También lo utilizan la mayoría de los gobiernos nacionales.
Los controles aleatorios no requieren trabajadores altamente cualificados.
Los controles aleatorios también pueden utilizarse para evaluar las instalaciones de lavado de manos en escuelas, centros sanitarios o lugares de trabajo.
En la mayoría de los casos, el personal de campo debe poder mantenerse a una distancia segura (al menos 1 metro o según las directrices nacionales) de los miembros del hogar mientras realiza el control de campo.
Limitaciones de los controles aleatorios:
La presencia de una instalación para lavarse las manos con agua y jabón es sólo una medida indirecta del comportamiento. Es importante comprender lo que este indicador puede y no puede revelar sobre el comportamiento. Los controles aleatorios no son una medida del comportamiento real, sólo pueden dar una indicación del comportamiento probable. Para predecir el comportamiento, se hacen suposiciones. Por ejemplo, si no hay un lavamanos fuera del aseo o no hay agua y jabón, se supone que no se lavan las manos con regularidad, debido a la dificultad e inconveniencia de hacerlo. Por supuesto, aunque haya un lavamanos con agua y jabón, no está garantizado que se laven las manos, pero la instalación adecuada crea el entorno propicio, lo que indica que la familia podría lavárselas fácilmente si así lo deseara.
Los controles aleatorios requieren que los trabajadores de campo puedan desplazarse entre los hogares, por lo que las restricciones de movimiento locales pueden dificultar este método de recopilación de datos.
Existe la posibilidad de que, durante una situación de crisis como un brote epidémico, la comunidad no reciba este método de recogida de datos de forma muy positiva, es decir, que tenga una baja aceptabilidad.
Recomendaciones de uso durante los brotes de enfermedades
Antes de optar por los controles aleatorios, debe realizarse una evaluación de riesgos a escala local.
Recabar la opinión de los líderes de la comunidad y de los guardianes de la entrada sobre la probabilidad de que los controles aleatorios sean aceptables en este momento.
Si se decide optar por este método, deben tomarse las medidas adecuadas. Por ejemplo, durante el COVID-19, se animó al personal de campo a mantener una distancia de al menos 1 metro (o de acuerdo con las directrices nacionales), con respecto a otras personas, al realizar estos controles aleatorios y a seguir las directrices estándar para el personal de campo. Además, si no es seguro entrar en un hogar, los controles aleatorios deben limitarse a las instalaciones exteriores. Si este fuera el caso, podrían formularse preguntas de autoevaluación sobre cualquier instalación dentro del hogar. Si los controles aleatorios se realizan en el interior del hogar, los encuestadores deben llevar mascarilla, evitar tocar cualquier cosa que haya dentro de la casa, rechazar con cortesía cualquier oferta de comida o bebida y pasar el menor tiempo posible dentro de la casa (limitado a unos pocos minutos).
Si no es posible realizar comprobaciones de campo por motivos de seguridad, considere la posibilidad de recopilar datos sobre las instalaciones de lavado de manos a distancia mediante autoinformes (por ejemplo, utilizando llamadas telefónicas o mensajes de texto y voz). También se puede considerar la posibilidad de pedir a los encuestados que envíen una fotografía de sus instalaciones, si disponen de la tecnología para hacerlo, y que anoten si se puede ver agua y jabón en las instalaciones (puede que no siempre sea posible verlo en la fotografía).
¿Es adecuado y seguro realizar observaciones estructuradas y controles aleatorios en las instalaciones públicas?
Las instalaciones públicas para el lavado de manos brindan la oportunidad de realizar observaciones o comprobaciones puntuales del lavado de manos manteniendo una distancia segura de los demás (al menos 1 metro, o según dicten las directrices nacionales). Dependiendo de los recursos disponibles para el seguimiento, se pueden adoptar las siguientes opciones:
Observaciones estructuradas en instalaciones públicas de lavado de manos
Coloque a una persona en la instalación de lavado de manos durante todo el día o durante períodos específicos del día para registrar todos los eventos de lavado de manos y si se utiliza jabón. Esta persona puede ser un miembro del personal de seguimiento y evaluación de su organización o puede ser un monitor de lavado de manos de la comunidad local que también se encargue de reponer el agua y el jabón en la estación. En este último caso, considere la posibilidad de remunerar a la persona por su tiempo además de impartirle una formación sobre el método de observación. Asimismo, puede ser necesario proporcionarle crédito telefónico para que pueda notificar por teléfono de los resultados de la observación.
Durante las observaciones en instalaciones públicas, debe registrarse lo siguiente:
El número de lavados de manos y si cada persona se lavó las manos con agua y jabón o sólo con agua.
Reposiciones de agua y jabón.
Edad (niño o/adulto) y sexo de las personas que utilizan o rellenan la instalación
Cualquier caso en el que una persona haya intentado lavarse las manos (con jabón) pero no haya podido y los motivos.
Las observaciones pueden indicarnos cuántas veces se lavaron las manos durante un periodo de tiempo concreto, la edad y el sexo de las personas que utilizaron el establecimiento y si usaron jabón. Sin embargo, es poco probable que el observador sea capaz de recordar qué personas visitan la instalación más de una vez, por lo que estas observaciones no pueden dar datos exactos sobre cuántas personas diferentes utilizan la instalación ni con qué frecuencia. En determinados contextos, puede ser conveniente trabajar con la población local, que puede brindar información sobre si los usuarios pertenecen a la comunidad o no. Recoger datos de observación en los mismos momentos a lo largo de un brote puede ser una forma interesante de ver cómo cambia el comportamiento con el tiempo.
La información sobre el número de visitas a una instalación de lavado de manos también es útil cuando se instala por primera vez una nueva, ya que puede ayudar a orientar las decisiones con respecto a la frecuencia con la que será necesario sustituir el jabón y el agua. Véase este estudio de caso de la respuesta COVID-19 en Bangladesh para un enfoque alternativo, que consistió en instalar un contador de visitas en el pedal de las estaciones de lavado de manos.
Controles aleatorios en los lavabos públicos
Un observador puede visitar el puesto de lavado de manos a intervalos regulares (por ejemplo, una vez al día a una hora determinada), para registrar si hay agua y jabón disponibles para lavarse las manos. Puede colaborar con los voluntarios de la comunidad para saber con qué frecuencia se reponen el agua y el jabón.
Téngase en cuenta que los controles aleatorios sólo pueden informarnos sobre la disponibilidad de agua y jabón para lavarse las manos, es decir, si existe un entorno propicio para ello. Estos controles no pueden indicarnos cuántas personas utilizan la instalación o si se ha rellenado durante el día.
Medición del distanciamiento físico cerca de los lavabos públicos
Esta medición puede llevarse a cabo de varias maneras, dependiendo del contexto y de las medidas referentes al distanciamiento físico. Para cada una de las acciones sugeridas a continuación, puede ser necesario definir un espacio físico (por ejemplo, un radio de 10 m de la instalación de lavado de manos) para el correcto seguimiento.
Anote la frecuencia con la que las personas se dan la mano, se abrazan o entran en contacto físico.
Anote la frecuencia con la que las personas se reúnen en grupos de un determinado número. Este número debe basarse en las directrices locales (esto puede ser difícil de hacer en un lugar público).
Si se colocan señales físicas de distanciamiento cerca de la instalación para lavarse las manos (por ejemplo, marcas en el suelo que indiquen la distancia a la que deben colocarse las personas), se podría observar con qué frecuencia las personas las incumplen.
Implicaciones éticas en la observación de las prácticas públicas de lavado de manos
Dado que no será posible obtener el consentimiento de todas las personas observadas en el centro, es importante que los observadores no registren ningún nombre u otra información redundante o identificable de las personas observadas.
Para informar a la gente sobre el seguimiento en curso, una opción sería colocar carteles públicos o hacer anuncios por altavoces informando a la gente de que se está realizando un estudio. Si se les pregunta, los observadores también pueden explicar a la gente que están contando el número de personas que utilizan las instalaciones de lavado de manos y que no están registrando ninguna información identificable.
Si durante las observaciones en hogares o en instalaciones públicas se observan comportamientos que se consideran inseguros (por ejemplo, no mantener las medidas de distanciamiento físico recomendadas o no llevar mascarilla), se recomienda que los recopiladores de datos recuerden a los participantes algunos comportamientos preventivos clave a partir de un guión acordado previamente una vez finalizadas las observaciones (para no sesgarlas). Para más información sobre ética, consulte nuestro recurso.
¿Cuáles son las ventajas y las limitaciones del uso de datos obtenidos de autoinformes sobre el lavado de manos?
El autoinforme normalmente requiere que el personal encargado de la recopilación de datos realice una encuesta a los participantes sobre sus prácticas de lavado de manos, el acceso a instalaciones para lavarse las manos o las cosas que les permiten o les impiden practicar el lavado de manos. Se pueden elaborar preguntas similares para otros comportamientos, como el uso de mascarillas o el distanciamiento físico.
Ventajas del autoinforme:
La forma más fácil de medir el lavado de manos y otros comportamientos preventivos.
Relativamente rápida de reunir.
No requiere recopiladores de datos altamente cualificados.
Puede hacerse en persona o a distancia, si existen restricciones de movimiento.
Puede utilizarse para controlar las tendencias a lo largo del tiempo.
Limitaciones de los autoinformes:
Esta medida del lavado de manos es la más propensa al sesgo, porque es subjetiva: depende de que las personas informen de su propia conducta de lavado de manos. Dado que lavarse las manos es un comportamiento socialmente deseable (especialmente durante los brotes), es probable que las personas informen en exceso sobre su comportamiento.
Lavarse las manos es también una conducta rutinaria para muchos, por lo que puede resultar difícil recordar exactamente cuándo se realizó. Por lo tanto, es posible que las personas no recuerden con mucha exactitud información como, por ejemplo, cuántas veces se lavan las manos al día.
Recomendaciones de uso durante la respuesta a un brote:
Se recomiendan las medidas de comportamiento autoinformadas como forma de triangular los resultados de los controles aleatorios y/o las observaciones estructuradas (siempre que sea posible).
En situaciones en las que no sea seguro o posible aplicar ninguno de los otros métodos de recopilación de datos, como la observación estructurada o los controles aleatorios en hogares o instalaciones públicas, recomendamos recopilar las medidas autoinformadas a distancia.
Si se utilizan medidas autoinformadas, hay que pensar detenidamente en cómo se formulan las preguntas sobre el comportamiento, de modo que se pueda minimizar el sesgo. Para más información sobre las distintas formas de hacerlo, lea este recurso.
Árbol de decisiones - ¿Cómo elegir entre las observaciones en los hogares, los controles aleatorios y las medidas de resultados de comportamiento autoinformadas?
El siguiente diagrama está diseñado para ayudar a las organizaciones a decidir entre estos tres métodos diferentes para evaluar los resultados del comportamiento en los hogares. Este diagrama se ha diseñado teniendo en cuenta la conducta de lavarse las manos, pero también puede aplicarse a otras conductas.
Fuente: Julie Watson
Combinación de métodos
Siempre que sea posible, se recomienda utilizar alguno de los cuatro métodos (observación estructurada en los hogares, controles aleatorios en los hogares, observación estructurada o controles aleatorios en instalaciones públicas, comportamiento autoinformado) descritos anteriormente de forma combinada. A continuación se detalla su utilidad:
Combinar métodos puede ayudar a verificar los resultados. Es una buena práctica utilizar distintos tipos de métodos para explorar un mismo tema. Esto permite la "triangulación" entre métodos. Esto puede ser útil para validar los resultados y comprender los matices de los datos.
El cambio de circunstancias puede hacer que cambien sus planes de recogida de datos. Dada la inusual situación creada por los brotes de enfermedades infecciosas, puede ocurrir que los métodos considerados seguros en ese momento dejen de serlo durante el proyecto o al final del mismo. Si, por ejemplo, en la línea de base se optó por medir el comportamiento mediante controles aleatorios en los hogares, pero éstos ya no eran seguros en la línea final, no será posible extraer una conclusión. Sin embargo, si los controles aleatorios se complementaron con medidas de comportamiento autoinformadas en ambos momentos, aún será posible extraer algunas conclusiones sobre el proyecto.
Nota del editor:
Escrito por: Fiona Majorin y Julie Watson
Verificado por: Deepak Saxena, Katie Greenland, Hans Mosler, Dra. Robina Shaheen
Artículo actualizado: 01.03.2023