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Resumen: Proceso para diseñar programas eficaces de cambio de hábitos
Resumen: Proceso para diseñar programas eficaces de cambio de hábitos
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Escrito por Sian White
Actualizado hace más de una semana

En brotes epidémicos de enfermedades y crisis, las organizaciones de ejecución suelen verse presionadas para actuar con rapidez y comenzar de inmediato con la implementación de proyectos. A veces, esta urgencia hace que se tomen decisiones que comprometen la forma en la que se diseñan y se implementan los proyectos, con las potenciales consecuencias negativas que ello conlleva en cuanto a la aceptabilidad, la eficacia y la sustentabilidad de los proyectos. En este documento, brindamos sugerencias generales para diseñar proyectos sobre cambio de hábitos de higiene que pueden servir como modelo para adaptarlos y personalizarlos a nivel local. También describimos a grandes rasgos qué aspectos deberían adaptarse de acuerdo con las características de cada enfermedad en particular.

El propósito de este documento es dar consejos generales sobre el proceso de desarrollo de intervenciones para el cambio de hábitos de higiene. En la siguiente imagen, se ilustra el proceso de diseño de proyectos de promoción de la higiene con tres pasos simples. A continuación, se describe cada paso en detalle.

Fuente: Sian White

Elaboramos este recurso sobre todo a partir de datos científicos y experiencias relacionadas con el diseño de proyectos sobre lavado de manos. Sin embargo, el proceso que describimos también se puede aplicar a otros comportamientos de prevención, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas.

El proceso anterior concuerda con varios marcos y modelos de cambio de hábitos en los que se describen un proceso para diseñar intervenciones de cambio de hábitos. Para obtener más información sobre estas etapas, sugerimos leer algunos de los siguientes recursos:

Cómo incorporar las directrices, la teoría y los datos científicos en el proceso de diseño de programas

Antes de comenzar a diseñar su proyecto, tómese el tiempo de analizar las directrices internacionales y nacionales relativas a la enfermedad focal y los proyectos y políticas de higiene de su país. En las directrices existentes, se proporcionan indicaciones preliminares sobre qué comportamientos son importantes para prevenir la enfermedad focal. Para ver ejemplos, consulte los siguientes recursos:

Se ha demostrado que los proyectos de higiene fundados en datos científicos y teoría son más eficaces que los enfoques que solo se basan en la educación tradicional (estudio 1, estudio 2, estudio 3). Al diseñar un proyecto de cambio de hábitos de higiene, puede ser útil entender los fundamentos básicos de la teoría del cambio de hábitos y su aplicación en los proyectos de higiene. Estos recursos del Hub de Higiene podrían ser de utilidad en este paso:

Cuando sea posible, se deberían revisar las investigaciones o informes sobre comportamientos preventivos en su contexto local. También hay varios resúmenes sistemáticos de bibliografía relacionados con hábitos bien estudiados, como el lavado de manos, que pueden aportar datos al enfoque adoptado por su organización para cambiar hábitos. Hacer una revisión de la bibliografía actual y entenderla ayudará a identificar diversos factores que pueden influir en los hábitos de las personas. Aprender de la bibliografía existente puede ayudar a ahorrar tiempo en otras etapas del proceso de diseño de los proyectos. También ayudará a evitar que se repita la recolección de datos sobre algunos temas.

En las etapas iniciales del desarrollo de las intervenciones, además resulta útil conectarse con otras organizaciones que participan en la respuesta al brote epidémico de la enfermedad en el país y asegurarse de coordinar y complementar los esfuerzos. Averigüe en qué están trabajando y si ya tienen información sobre comportamientos preventivos. Los siguientes recursos pueden guiar los esfuerzos para coordinar y conectarse con otras organizaciones:

Paso 1: Seleccione los comportamientos deseados, el público objetivo y los ámbitos

El primer paso de nuestro proceso de tres pasos para diseñar programas de higiene exige definir con claridad los comportamientos en los cuales busca centrarse su proyecto. Si le cuesta decidir qué comportamientos promover, haga hincapié en los que tienen un beneficio conocido para la salud pública, los que recomiende o priorice el gobierno en sus contextos y los que estén adaptados de forma tal que sean viables para la población. Los comportamientos de prevención clave durante la COVID-19 se relacionan con el lavado de manos con jabón, la limpieza y la desinfección de superficies, el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Durante este paso, será útil remitirse a las directrices mundiales y nacionales.

Defina los comportamientos:

Al definir los comportamientos, indique con claridad quién debe hacer qué, dónde, cuándo y cómo. Este proceso se suele llamar segmentación. Esto significa que definir el comportamiento deseado diciendo "lavarse las manos con jabón" no es lo suficientemente específico. En cambio, las definiciones de los comportamientos deseados, como el lavado de manos con jabón, pueden redactarse de esta forma:

  • Quién: todos los miembros de la población, incluidos los niños, las personas con discapacidad o los segmentos más pobres de la población, a quienes el lavado de manos frecuente les puede resultar más dificultoso.

  • Qué: lavarse las manos con jabón o alcohol en gel.

  • Dónde: en casa o en lugares públicos, como escuelas, centros médicos, mercados y lugares de culto religioso.

  • Cuándo: en los momentos que son importantes para interrumpir la transmisión de la enfermedad. Por ejemplo, en el caso de la COVID-19, los momentos importantes podrían ser después de toser o estornudar; cuando se ingresa a un hogar u otro edificio o se sale de estos; después de estar en contacto físico con una persona ajena al hogar; después de tocar superficies afuera del hogar; después de visitar un espacio público, como centros de transporte público, mercados y lugares de culto religioso; antes, durante y después de cuidar a una persona enferma. Además, debe fijar los momentos críticos habituales para interrumpir la transmisión fecal y oral; por ejemplo, antes de preparar comidas, antes de consumir comidas o alimentar a menores, después de usar el baño y después de limpiar las zonas íntimas de un menor.

  • Cómo: durante 20 segundos como mínimo, frotándose bien todas las zonas de las manos y generando una buena cantidad de espuma con el jabón.

Describa los atributos conductuales:

Durante esta etapa del diseño de programas, también es útil definir los atributos específicos del comportamiento deseado. Los atributos conductuales se refieren a las características del comportamiento o la conducta en sí. Por ejemplo:

  • ¿Desea que las personas tengan un determinado comportamiento o lo abandonen?

  • ¿El comportamiento es nuevo o desconocido?

  • ¿El comportamiento es habitual o excepcional?

  • ¿Qué se puede hacer para que el comportamiento sea viable en el contexto?

Con respecto al lavado de manos, recuerde que no es un comportamiento nuevo: la mayoría de las personas saben cómo lavarse las manos o entienden cómo hacerlo. Sin embargo, para combatir algunas enfermedades, quizás se les pida a las personas que se laven las manos en otros momentos. El lavado de manos también se practica de manera regular y sistemática, y depende del acceso a la infraestructura y a los insumos. Para que el lavado de manos sea viable en algunos contextos, tal vez deban contemplarse opciones de jabón de bajo costo, maneras de lavarse las manos cuando escasea el agua y tipos de infraestructura de lavado de manos.

Por otro lado, ciertos comportamientos de prevención como el distanciamiento físico adoptado durante los brotes epidémicos del Ébola y de la COVID-19 fueron nuevos en todas las culturas e implicaron que las personas abandonaran hábitos a los que estaban acostumbradas. Este cambio de comportamiento desafió las normas sociales. Por ejemplo, durante el punto álgido de la pandemia de COVID-19, se pidió a las personas de todo el mundo que no se abrazaran, no se besaran ni se dieran la mano en las reuniones y que, en cambio, recurrieran a formas de saludo nuevas sin contacto interpersonal. Al comienzo del brote epidémico, el uso de mascarilla también fue otro comportamiento nuevo en la mayoría de los países. En estos dos ejemplos de comportamiento, se requirió una contextualización marcada, a fin de garantizar que fuera viable llevar a cabo esas acciones en contextos con recursos limitados.

Determine el público objetivo y los ámbitos:

Muchos proyectos de agua, saneamiento e higiene están diseñados para reducir las enfermedades diarreicas. Por esta razón, los grupos destinatarios claves suelen ser los cuidadores de niños menores de 5 años. Sin embargo, todas las personas son vulnerables a los brotes epidémicos de enfermedades infecciosas, como la COVID-19, y los que tienen más riesgo de presentar síntomas graves son los ancianos y las personas con problemas de salud. Por eso, debemos asegurarnos de que toda la población adopte comportamientos preventivos clave, incluso las personas que se sientan bien.

Al determinar quiénes conforman el público objetivo, también es importante definir en qué ámbitos desearía ver cambios en los comportamientos. Muchos programas de higiene están dirigidos a la comunidad. No obstante, si tiene planificado trabajar en escuelas, centros de salud, lugares de trabajo o lugares públicos, como los mercados, es útil identificar esto anticipadamente, ya que los factores que determinan los comportamientos de prevención pueden ser distintos en cada ámbito particular.

Definir los comportamientos, el público objetivo y los ámbitos tiene numerosas ventajas. Ayudará a orientar la investigación, lo cual le permitirá ser más consciente de posibles barreras y activadores. También ayudará a orientar qué productos se necesitan para adoptar los comportamientos (p. ej.: para lavarse las manos, se necesitarán instalaciones apropiadas, agua y jabón en lugares clave). La especificidad también ayudará a comunicarse claramente con las personas y evitar mensajes que sean difíciles de llevar a la práctica (p. ej.: un mensaje que diga "mantener una correcta higiene" no es suficientemente claro para llevarlo a la práctica).

Paso 2: Aprender de las poblaciones sobre barreras y activadores conductuales

El segundo paso de nuestro proceso de tres pasos para diseñar programas de higiene exige aprender de las comunidades cuáles son todos los factores que influyen en el comportamiento en cuestión. Este paso se suele llamar "investigación formativa" porque da forma al proyecto que se elaborará. Como se explica eneste artículo, hay muchos factores que determinan los hábitos de higiene. La investigación formativa debería estar guiada por la teoría y basarse en los datos científicos existentes sobre los comportamientos deseados. Al diseñar métodos de investigación formativa, considere otros determinantes que no sean simplemente el conocimiento, el miedo y las ideas erróneas. Al evaluar los determinantes conductuales, lo mejor es usar una variedad de métodos cualitativos y cuantitativos.

Durante los brotes epidémicos de enfermedades infecciosas, puede ser complicado obtener información de las poblaciones, dado que las interacciones personales suelen estar restringidas. En este documento, describimos varias formas en las que se puede continuar el vínculo con la comunidad y seguir aprendiendo de ellas en estas instancias. En nuestros recursos sobre monitoreo y evaluación también se dan consejos sobre cómo recolectar datos de manera remota y se señalan algunas de las ventajas y limitaciones que tienen los distintos enfoques.

Durante los brotes epidémicos, es fácil suponer que la necesidad de actuar rápido es más importante que tomarse el tiempo de aprender de las comunidades. Sin embargo, cuando los implementadores de proyectos reflexionaron sobre brotes anteriores, con frecuencia mencionaron que se desaprovechó una oportunidad al no haber aprendido de las comunidades en una etapa temprana. Un período corto de aprendizaje es incluso mejor que no dedicar nada de tiempo a aprender de la población. La investigación que realice usted se puede complementar con otras investigaciones sobre los comportamientos deseados realizadas a nivel local o mundial.

Además, se han desarrollado enfoques para llevar a cabo este proceso de consulta comunitaria rápidamente. Por ejemplo, el proceso Wash'Em brinda un conjunto de herramientas de evaluación rápida diseñadas para situaciones de crisis y brotes epidémicos que se pueden completar en cuestión de unos días. Estas herramientas se complementan con un software de diseño de programas que sugiere actividades adaptadas al contexto. Desde el principio de la respuesta al brote epidémico, también es posible empezar por actividades que den resultados rápidos y sean de bajo riesgo. En estos dos recursos (infraestructura y comportamientos), proporcionamos algunos ejemplos de actividades relacionadas con el lavado de manos que son fáciles de implementar y apropiadas para todos los contextos. Mientras se ponen en práctica estas acciones iniciales, su organización tendrá tiempo de aprender de la población para, de esta forma, diseñar un paquete de acciones más integrales y adaptadas.

Paso 3: Identificar las técnicas conductuales y los canales de comunicación adecuados

El tercer paso de nuestro proceso de tres pasos para diseñar programas de higiene exige que las organizaciones piensen cómo lograrán el cambio de comportamiento (es decir, que piensen en identificar las técnicas de cambio de hábitos) y cómo llegarán a la población objetivo (es decir, que piensen en identificar los canales de comunicación adecuados).

¿Qué son las técnicas para el cambio de hábitos (TCH)?

Las técnicas para el cambio de hábitos (TCH) son los ingredientes activos de su proyecto. Las TCH hacen hincapié en el contenido de las acciones, mientras que el debate sobre los canales de comunicación se centra en las maneras de implementación. En el modelo RANAS y el modelo COM-B se proporciona una lista detallada de TCH. En general, a los implementadores les cuesta relacionar los hallazgos de la investigación formativa con las TCH y convertirlos en descripciones detalladas de actividades que se puedan implementar en el contexto del programa. Los siguientes modelos ofrecen más consejos sobre cómo hacer esta transición: el proceso RANAS, Wash'Em y Diseño para el cambio de hábitos. En el diagrama a continuación se muestra un ejemplo real de cómo se pueden convertir los hallazgos de la investigación formativa sobre hábitos de lavado de manos en TCH y cómo se usan las TCH para elaborar las actividades de un proyecto.

Definir los canales de comunicación:

Trabaje con las comunidades para mapear todas las formas en las que podría llegar a ellas y compartirles información durante los brotes epidémicos. Esta tarea se puede llevar a cabo mediante un ejercicio simple de lluvia de ideas, como se muestra en la siguiente imagen:

Fuente: Sian White/LSHTM

Para tener un enfoque más estructurado, intente usar la herramienta de Wash'Em "Puntos de contacto". En el siguiente video, se muestra un ejemplo en la práctica. Tenga en cuenta que este video se hizo de forma presencial. Para adaptar el método, se podrían hacer debates grupales por Internet o se podría reunir a un grupo de personas en un lugar abierto, que mantengan la distancia física durante la sesión, y que los participantes se laven las manos con jabón antes y después de la sesión.

Fuente: Wash’Em

Al decidir qué canales de comunicación usar, tenga en cuenta lo siguiente:

  • Seguridad: Siga las directrices nacionales para evaluar si el personal de su organización tendrá la posibilidad de usar canales de comunicación que implican interactuar en persona. Cuando sea posible, asegúrese de incluir algunos canales de comunicación que no impliquen contacto o en los que el contacto sea mínimo. Algunos ejemplos: radio, televisión, redes sociales, material impreso o anuncios por altavoz. Piense cómo podría adaptar los canales de comunicación a las distintas etapas del brote epidémico.

  • Alcance: ¿¿Cuáles son los canales accesibles para la mayor parte de su población? Si está pensando en usar medios masivos, quizás también quiera prestar atención a qué estaciones sintonizan las personas y en qué momento. Si está trabajando en una zona donde las personas tienen acceso a las redes sociales e Internet, averigüe qué sitios web y redes sociales son los más usados y confiables, y cómo se usan en esa cultura.

  • Accesibilidad: Si bien el alcance total es importante, también es necesario tener en cuenta qué canales son los más adecuados para los distintos sectores de la población. Las mujeres y las niñas, las personas mayores, las personas con discapacidades, las personas con preexistencias médicas, las personas que viven en zonas rurales y otros grupos vulnerables conforman los sectores a los que probablemente es más difícil llegar por medio de la mayoría de los canales. Para superar esta situación, quizás sea necesario vincularse activamente con estos grupos para identificar sus preferencias y adaptar los materiales a sus necesidades. En este documento de UNICEF, se dan consejos sobre cómo hacer esto con personas con discapacidad y, en este documento de IFRC, se dan consejos sobre cómo vincularse y comunicarse con las personas ancianas. Cabe mencionar que, si bien los recursos mencionados antes son específicos para la COVID-19, los principios y las actividades se pueden aplicar a otras enfermedades infecciosas.

  • Credibilidad y confiabilidad: ¿Qué canales de comunicación o individuos son confiables o respetan las personas? Explorar esto con las comunidades puede poner en duda supuestos comunes sobre qué constituye información confiable de salud pública. Por ejemplo, en un estudio realizado con refugiados rohinyás que vivían en Bangladés, se halló que las fuentes confiables de información durante los brotes epidémicos incluían a líderes comunitarios capacitados, como los imanes y líderes de grupos de mujeres. Se prefería la información proveniente de esas fuentes por sobre la brindada por trabajadores de la salud y del sector humanitario, que no siempre se perciben como confiables y, a veces, se los malinterpreta. Los refugiados también confiaban en los miembros de la diáspora rohinyá en lugar de confiar en la información de salud pública compartida por los servicios de noticias locales, dado que se consideraba que los servicios de noticias de Bangladés y Birmania estigmatizaban a los refugiados e incluso legitimaban la violencia en contra de ellos. En esta intervención sobre el uso de mascarillas en Kenia, se utilizaron varios canales de comunicación confiables, incluidos profesionales de la salud comunitarios y modelos, que los miembros de la comunidad consideraban "confiables en materia de medidas sanitarias". Para obtener más información sobre la credibilidad, lea este artículo.

  • Influencia y persuasión: Ciertos canales de comunicación o fuentes de información quizás no se consideren tan creíbles o confiables, pero aun así pueden ser persuasivos o influyentes. Por ejemplo, muchas personas saben cómo cuestionar la credibilidad de la información que leen en las redes sociales. Sin embargo, hay muchísimas razones por las cuales a las personas les podrían resultar menos influyentes y persuasivas las publicaciones en redes sociales. Por ejemplo, este estudio de intervención incluyó un video de YouTube en el que un influencer de redes sociales holandés entrevistó a un reconocido virólogo sobre la importancia de los comportamientos de prevención contra la COVID-19. La fuerza persuasiva de la información suele depender de su diseño, contenido y formato (p. ej.: las fotografías y los videos a veces son más persuasivos que un texto solo), de si el mensaje repercute en las creencias propias y de quién comparte la información en redes sociales. Para obtener más información sobre la persuasión, consulte este recurso.

Evite depender de un único canal de comunicación. Las intervenciones que usan una variedad de canales de comunicación para vincularse con la población y para enviar recordatorios tienen, en general, más éxito en cambiar los hábitos. A continuación, se mencionan algunos ejemplos que demuestran el valor de utilizar varios canales de comunicación: estudio 1, estudio 2, estudio 3 y estudio 4. Para obtener más información sobre cómo seleccionar el canal de comunicación correcto, consulte nuestro recurso aquí.

Integrar la teoría, los datos científicos, la investigación formativa, las TCH y los canales de comunicación para diseñar una intervención

A lo largo de nuestro proceso de tres pasos para diseñar proyectos de higiene, usted habrá recolectado mucha información sobre los comportamientos, el contexto, la población y las oportunidades para implementar su programa y cambiar los hábitos. Se debería integrar toda esta información para dar forma a un boceto preliminar del programa de cambio de hábitos adaptado al contexto. A la hora de pensar de qué manera todos estos componentes se pueden combinar para sustentar ideas de proyectos creativos, puede ser útil recurrir a un abanico de especialistas. Estos especialistas pueden ser agencias creativas, miembros de la población objetivo, especialistas en WASH y cambios de hábitos, y las personas que participarán en la comunicación del proyecto.

Para obtener más información sobre cómo diseñar proyectos de higiene creativos, siga los consejos o los pasos descritos en el siguiente seminario web.

Más información/ayuda:

  • En este artículo, describimos algunas opciones simples de actividades para promover el lavado de manos.

  • En este artículo, también describimos cómo se pueden adaptar en los campamentos. Este documento también incluye información sobre cómo combinar la promoción de la higiene con la distribución.

Adaptación y mejora continuas de los programas de higiene

Una vez seguidos los tres pasos del proceso para diseñar intervenciones y elaborado un borrador del plan del proyecto, se deberían completar los siguientes pasos para mejorar la viabilidad y la aceptabilidad del proyecto:

  • Hacer una prueba piloto: llevar a cabo una prueba piloto de las ideas con un grupo pequeño de la población. Hacer esto puede ser útil cuando todavía falta pulir algunas ideas, para que haya tiempo de implementar las adaptaciones. Tómese el tiempo de aprender de qué forma los miembros de la población interpretan los mensajes o las actividades, si hay algo que no quedó claro, si los mensajes y las actividades les resultan relevantes y cómo se sienten con respecto al enfoque y a los materiales. Adapte los materiales y las actividades del proyecto en función de los comentarios de la población.

  • Desarrollar una guía de implementación, capacitar al personal de la organización y aprender de sus miembros: es importante que el personal de la organización sepa cómo llevar adelante las actividades que se proponen durante el proyecto. Recomendamos desarrollar un manual borrador para guiar la implementación de cada componente. Este manual debería incluir información sobre qué materiales se necesitan para cada actividad, cuánto dura cada una, cuándo se deberían hacer, quién debería impartir las actividades e instrucciones paso a paso de cómo se deberían realizar. Capacite al personal sobre cada componente del proyecto y sobre las medidas de seguridad que se deben tomar en este momento. Tómese el tiempo de aprender del personal cómo habría que adaptar el proyecto para hacer que la implementación sea más viable. Incorpore los comentarios del personal y finalice el manual del proyecto.

  • Desarrollar una estrategia de monitoreo y evaluación: considere si se deben adecuar sus necesidades en términos de implementación, personal y presupuesto para permitir que haya un proceso eficaz y seguro de monitoreo y evaluación. Planifique cómo se usarán los datos para adaptar y mejorar el proyecto repetidamente. Dada la naturaleza cambiante de la respuesta a los brotes epidémicos, es útil suponer que quizás sea necesario hacer revisiones del proyecto (en general, serán cambios relativamente pequeños) mensualmente (como mínimo). Para eso, cree un medio para obtener continuamente comentarios y observaciones por parte de la comunidad. Organice reuniones semanales con los equipos encargados de la implementación para saber qué aspectos funcionan bien y cuáles representan un desafío, y decidan en conjunto si es necesario hacer ajustes al programa.

Nota del editor

Autores: Sian White

Revisado por: Peter Winch, Nadja Contzen, Dr. Om Prasad Gautam,
Última actualización: 10.06.2020

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