Para asegurar que la información sobre la enfermedad y las medidas de respuesta se traten de modo generalizado y para posibilitar las acciones coordinadas en el ámbito comunitario a gran escala, las iniciativas de vinculación comunitaria suelen prestarle atención especial a:
Identificar a las personas influyentes o los grupos de interés con los cuales mantener conversaciones y mediante los cuales comunicar la información.
El estilo de comunicación con cada uno de los grupos de interés y sus comunidades.
Los canales por los cuales se difunde y recibe la información.
La vinculación comunitaria suele funcionar mejor cuando se lleva a cabo de manera continua, mediante autoridades confiables y con diálogo bidireccional, donde al menos algunas de las interacciones se dan cara a cara. A continuación, se aborda cada uno de estos temas.
1. Hacer un mapeo de los grupos de interés con los cuales vincularse
La Organización Mundial de la Salud y sus socios hacen hincapié en que la vinculación comunitaria en un brote epidémico debería basarse en las redes existentes y en los esfuerzos de preparación previos. Las autoridades de salud pública deberían identificar y elaborar un mapa de las capacidades de las organizaciones, las redes y los grupos de interés que pueden facilitar la adopción de medidas de salud pública por parte del público en general. Estos esfuerzos deberían llevarse adelante en múltiples ámbitos, desde la esfera nacional hasta los distritos locales.
Los grupos de interés variarán según el contexto, pero pueden incluir a autoridades locales, instituciones públicas y privadas, grupos comunitarios, organizaciones de la sociedad civil, como las organizaciones religiosas, las redes de promoción, los grupos de voluntarios y las organizaciones que subsanan la falta de servicios públicos esenciales y prestaciones de asistencia social (como en los asentamientos urbanos informales). Tener una comprensión realista de las estructuras socioculturales y políticas y las relaciones es fundamental, a fin de garantizar que los grupos de interés que tengan la tarea de comunicar y abordar la información cuenten con la confianza de los distintos miembros de la comunidad local.
Vea el mismo ejemplo a continuación para leer una descripción sobre cómo se identificaron los grupos de interés en una región de Guinea durante el brote de ébola en África Occidental.
Los procesos de vinculación comunitaria en la comunidad étnica kissi de Guinea durante el brote de ébola en África Occidental, según una descripción de Wilkinson et al.:
En 2014, en las regiones de la etnia kissi en Guinea, los equipos de respuesta al ébola se toparon con desconfianza y resistencia por parte de la población local, lo cual contribuyó a la incapacidad de controlar la propagación del virus del Ébola. Por eso, se le pidió a una antropóloga que se sumara a la respuesta para entender la situación y aplacar las tensiones. Uno de sus hallazgos clave fue que los "líderes comunitarios" con quienes los equipos de respuesta se habían vinculado no tenían legitimidad. La selección se había hecho mediante la autoidentificación ante los equipos o mediante asociaciones profesionales, ciudadanas o políticas que las personas locales relacionaban con regímenes abusivos. Para identificar a las personas más confiables de la comunidad con las que podrían trabajar los equipos de respuesta, la antropóloga estuvo tres días preguntándoles a las personas en quién confiarían y elegirían para que hable en su nombre. De la larga lista de nombres recolectados, identificó a 150 personas que se mencionaron con frecuencia, en un total de 26 pueblos. La lista incluía a: médicos tradicionales, jefes de bosques sagrados, líderes religiosos (cristianos y musulmanes), circuncidadores, parteras del pueblo, cazadores, jóvenes, migrantes que regresaron de la ciudad y personas mayores. El equipo de respuesta organizó un taller con estas 150 personas para tratar la respuesta, lo cual finalmente redujo la resistencia e inició la cooperación.
En cada nivel y fase de la vinculación, también se debería pensar detenidamente en cómo vincularse mejor con los sectores de la población que corren un riesgo particular de enfermarse o con quienes podrían tener dificultades de acceder a la información y los servicios. Esto es así porque las intervenciones quizás deban adaptarse para satisfacer distintas necesidades, capacidades y niveles de vulnerabilidad de distintos grupos de interés.
El Grupo de Trabajo Regional sobre Comunicación de Riesgos y Vinculación Comunitaria hay consejos para garantizar que la vinculación comunitaria incluya a las personas marginadas y vulnerables, con ejemplos de medidas específicas que se pueden tomar.
2. Estilo y enfoque de comunicación
Durante los brotes epidémicos, las autoridades de salud pública priorizan compartir información útil, vital y aplicable en tiempo real para permitir que los grupos de interés diseñen estrategias de control eficaces y para permitir que las personas en riesgo adopten hábitos para proteger la salud. Las autoridades también deben reconocer de qué modo la calidad de la información provista y el estilo mediante el cual se difunden los mensajes de salud pública pueden motivar o alejar a los grupos de interés y al público y de qué modo se ven afectados los hábitos de salud pública.
Los especialistas en cambio de hábitos han explicado que esto es así debido a la función que tiene la información en fomentar la confianza:
"Las personas cooperarán para lograr objetivos en común si sienten que son parte de un esfuerzo comunitario compartido y si creen que las personas que encabezan este esfuerzo son parte de la misma 'comunidad de circunstancias' y actúan legítimamente en su nombre [...] Si las personas sienten que no se les da suficiente información que les permita emprender estas acciones difíciles o que se socava la agencia, la elección o el control que tienen sobre su propia vida, se verá comprometido el sentido de cohesión con los líderes y las organizaciones que brindan consejos. En consecuencia, es más probable que haya resentimiento por las directivas de salud pública y que se apliquen inadecuadamente o, incluso, que se ignoren".
En la siguiente tabla, se recomiendan estrategias clave de comunicación que pueden incrementar la vinculación con la comunidad. Algunas estrategias son la transparencia, la interacción continua, la practicidad y el respeto por las diferencias:
Tabla 1. Estrategias de comunicación para mejorar la cooperación y la vinculación con la comunidad (Yardley et al., 2020)
Aunque es necesario que los consejos estén adaptados a cada contexto distinto, los principios de la comunicación sobre el control de enfermedades deberían ser coherentes y coordinados. Las personas confían más en la información coherente que ven repetida en diversas fuentes o canales, sin importar cuáles sean. Sin embargo, lo mismo vale para la información errónea que puede ganar terreno y credibilidad a medida que circula. Para leer información sobre cómo identificar y abordar la información falsa, consulte estos recursos elaborados por la Plataforma de Ciencias Sociales en la Acción Humanitaria (Social Science in Humanitarian Action Platform) y la Red de Comunicación con Comunidades Afectadas por Desastres (CDAC Network).
Se debería también procurar que la información se comunique en los idiomas preferidos por los distintos sectores de la población.
Una forma eficaz de garantizar que la información responda a las necesidades y preocupaciones de la población es recolectar comentarios sobre la información que se difunde y escucharlos para poder adaptarla a las necesidades de la comunidad, que podrían cambiar con el tiempo.
3. Canales de comunicación
Sabemos que, para que sean eficaces, los programas de acción comunitaria y cambio de hábitos deben interactuar con la población en múltiples ocasiones durante un período prolongado. Esto es así porque la población tiene diversas prioridades y quizás solo se vea motivada a actuar después de escuchar el mismo mensaje varias veces y por distintas vías. Usted puede leer más información sobre los principios del cambio de hábitos aquí. Las autoridades de salud pública también deben llegar a múltiples sectores de la población. Por todos estos motivos, las campañas de salud pública suelen adoptar múltiples canales de comunicación.
En la respuesta sanitaria pública al ébola en la República Democrática del Congo en 2018, la vinculación comunitaria se dio por estos canales:
Los medios de comunicación: entre ellos, los medios masivos (como las noticias, la radio y los periodistas), las redes sociales (Facebook, WhatsApp) y los medios tradicionales (teatro comunitario itinerante).
Personas influyentes: principalmente, las autoridades y los representantes de la comunidad, entre ellos las personas mayores.
Redes comunitarias: comunicación cara a cara de las organizaciones existentes a sus miembros mediante reuniones en grupos reducidos y con toda la comunidad, visitas casa por casa y debates después de obras teatrales y proyecciones de videos en lugares públicos.
Cuando seleccione los canales de comunicación para la vinculación comunitaria, considere lo siguiente:
Alcance: ¿Cuáles son los canales que a los que puede acceder la mayoría de su población? Si está pensando en usar medios masivos, quizás también quiera prestar atención a qué estaciones sintonizan las personas y en qué momento. Si está trabajando en una zona donde las personas tienen acceso a las redes sociales e Internet, averigüe qué sitios web y redes sociales son las más usadas y confiables y cómo se usan en esa cultura.
Accesibilidad: Si bien el alcance total es importante, también es necesario tener en cuenta qué canales son los más adecuados para distintos sectores de la población. Las mujeres y las niñas, las personas mayores, las personas con discapacidades, las personas que viven en zonas rurales y otros grupos vulnerables conforman los sectores a los que probablemente es más difícil llegar por medio de la mayoría de los canales. Para superar esta situación, quizás sea necesario vincularse activamente con estos grupos para identificar sus preferencias y adaptar los materiales a sus necesidades. En este documento de UNICEF, se dan consejos sobre cómo hacer esto con personas con discapacidad y, en este documento de IFRC, se dan consejos sobre cómo vincularse y comunicarse con las personas mayores.
Credibilidad: ¿Cuáles son los canales de comunicación o individuos que son confiables, respetables e influyentes para las personas? Explorar esto con las comunidades puede poner en duda supuestos comunes sobre qué constituye información confiable de salud pública. Por ejemplo, en un estudio reciente realizado con refugiados rohinyás que vivían en Bangladés, se halló que las fuentes confiables de información durante los brotes epidémicos incluían a líderes comunitarios capacitados, como los imanes y líderes de grupos de mujeres. Se prefería la información proveniente de esas fuentes por sobre la brindada por trabajadores de la salud y del sector humanitario, que no siempre se perciben como confiables y, a veces, se los malinterpreta. Los refugiados también confiaban en los miembros de la diáspora rohinyá en lugar de confiar en la información de salud pública compartida por los servicios de noticias locales, dado que se consideraba que los servicios de noticias de Bangladés y Birmania estigmatizaban a los refugiados e incluso legitimaban la violencia en contra de ellos.
Capacidad de promover la interacción bidireccional: Durante los brotes epidémicos, la población suele sentir curiosidad de aprender más sobre la enfermedad y, lógicamente, es probable que las personas tengan muchísimas preguntas relacionadas con la información que reciben. Cuando se comparte información de una forma que no fomenta las preguntas o el debate bidireccional, es posible que se reciba la información con resentimiento. Esta es una de las ventajas fundamentales de las visitas casa por casa: los participantes pueden hacerles preguntas a los promotores de la higiene, plantear inquietudes y encontrar soluciones en el momento. Sin embargo, hay muchos otros canales que ofrecen la oportunidad de generar debates y hacer comentarios a las autoridades sobre la respuesta a la enfermedad. La red CDAC ofrece consejos útiles sobre mecanismos para recibir comentarios de las comunidades y abordar las quejas. En base a lo aprendido durante la epidemia de ébola en África Occidental, se monitorearon activamente los comentarios de la comunidad respecto de las intervenciones contra el ébola en la República Democrática del Congo y se caracterizaron en términos de receptividad, reticencia, rechazo o resistencia por parte de la comunidad para adaptar las estrategias debidamente.
Recuerde que, en muchos lugares, ya hay información sobre cuáles son los canales adecuados. Asegúrese de usar esos recursos ya existentes. Aquí hay un ejemplo de un documento donde se detallan las preferencias sobre los canales de comunicación en el Líbano.
Notas sobre revisión académica
Redactado por: Jennifer Palmer
Revisado por: Sian White, Eva Niederberger, Sheillah Simyu, Jenala Chipungu
Última actualización: 12/05/2020